Desde la cumbre de su espíritu intelectual, Maya Navarro de Lemus se ha dedicado con pasión, conocimiento y generosidad a darnos a conocer y reconocer, cada viernes desde su columna MUJERES QUE DEJAN HUELLA la riqueza femenina con la que cuenta la sociedad tapatía en lo que se refiere a la cultura, las artes, la literatura, la medicina, la inclusión y mil etcéteras más.Es justo reconocer, ejercicio cada vez menos practicado en nuestros materialistas tiempos, la portentosa labor periodística que ha construido Maya Navarro a 1o largo de ya varios años, labor por cierto con alto matiz filantrópico; 1o ha hecho con elocuencia y sencilla claridad hurgando en las destacadas vidas de aquellos seres humanos que según el proverbio chino sostienen las tres cuartas partes del mundo: LAS MUJERES.La colaboración social de Maya se ha convertido en un equilibrio que permite acceder a la confirmación de la verdadera valía de las mujeres en tiempos en los que absurdamente aún se les niegan derechos, peor aún, tiempos en los que los feminicidios caminan al alza. En eso estriba la importancia periodística que logra MUJERES QUE DEJAN HUELLA, trabajo que su autora ha venido realizando con ardorosa pasión, atributo que le permite descubrir las personalidades de sus entrevistadas.Alejada del snobismo se refugia en una labor muy cercana a la filantropía social traducida como obra de su inquietud cultural, fruto de su mero genio “navarrista”. Es de reconocer el total y evidente alejamiento del protagonismo personal con que se conduce Maya, tentación, por cierto que seduce pero descompone cualquier buena intención. El tiempo, “todo lo que soñé dura un minuto y es un minuto todo lo vivido”. (Octavio Paz). Se hará cargo de convertir las colaboraciones periodísticas MUJERES QUE DEJAN HUELLA” en testimonios que habrán construido un repositorio de carácter invaluable.Los anonimatos de los valores y cualidades de las personas provocan depresión social, Maya Navarro se ha encargado por decisión e inspiración propia, de ilustrar los enormes activos humanos del sexo femenino con que nuestra comunidad cuenta y lo ha hecho con el gusto de 1o inesperado, producto de su lealtad intelectual sin cortapisas.Muchos nos hemos sorprendido de tantas cualidades en tantas mujeres de nuestra sociedad. En sociedades urbanas tan complejas como las que ahora privan en los grandes centros poblacionales, incluyendo por supuesto el nuestro, se multiplican los gestos de indiferencia y egoísmo que pronto conducen a la violencia, es por esto que adquiere mayor valor el trabajo constante y fiel que realiza Maya, viernes tras viernes, interesándose por descubrir personajes femeninos cuyos dones pueden conducir a resolver grandes desafíos.El estilo de redacción en que se apoya MUJERES QUE DEJAN HUELLA, impide que se trate de un espacio snob, lo que evita caer en un satisfactor de vanidades. Por el contrario la prudencia intelectual de su autora ha sabido imprimir un estilo basado en elementos sobresalientes y equilibrantes: atracción, armonía, asociación, coincidencia, amistad y amor, si un declarado amor por la excelencia.Cuando uno se da cuenta de las preferencias literarias de Maya Navarro, se deduce que es una mujer que en determinado momento podrá cambiar lo aleatorio nunca lo esencial. Dijo la dirección del INFORMADOR, hágase un permanente homenaje a las mujeres y apareció MUJERES QUE DEJAN HUELLA. No puedo evitar dejar de citar a Stendhal, ese gran psicólogo y filósofo francés, que hace más de 150 años afirmaba: “admitir a la mujer en perfecta igualdad sería la señal más segura de civilización, y duplicaría las fuerzas intelectuales del género humano”.
