Junto con la crisis por la desaparición de 43 estudiantes de la Normal rural de Ayotzinapa, la revelación de la adquisición multimillonaria de la Casa Blanca por la pareja presidencial, fueron los dos tropiezos de los que el Gobierno de Enrique Peña Nieto nunca se pudo recuperar. Ambos reveses vinieron justo después de su segundo año de Gobierno y eclipsaron su discurso triunfal por el logro del Pacto por México que le permitió sacar en el Congreso más de una decena de reformas estructurales.El escándalo de la residencia en Las Lomas de la Ciudad de México pegó en la línea de flotación de la credibilidad del gobierno del regreso del PRI a Los Pinos y dinamitó para siempre su promesa de combate a la corrupción, situación que se pinta de cuerpo entero con los resultados publicados el miércoles en el informe anual global sobre la percepción de la corrupción del sector público que presentó la organización alemana Transparencia Internacional (TI).México cae por segundo año consecutivo al sumar apenas 29 puntos de 100, uno menos que en la medición de 2016 que sacó 30. Así, nuestro país se ubica como uno de los más corruptos de Latinoamérica, sólo por arriba de Venezuela, Haití, Nicaragua y Guatemala. De la lista de 180 naciones, México aparece en el lugar 134. Los tres primeros son Nueva Zelanda, Dinamarca y Finlandia y los tres peores Somalia, Sudán del Sur y Siria.Queda claro, pues, que aunque en este sexenio se inició la construcción del Sistema Nacional Anticorrupción, la percepción de este flagelo social crece por los altos niveles de impunidad que hay para los corruptos.Pese a los 12 gobernadores encarcelados o procesados, que sin duda es un incipiente avance en el combate a la impunidad, el estado mexicano está lejos de dar muestras contundentes de tener la convicción auténtica de querer combatir la corrupción. Esto se refleja también en el índice de TI, donde países como Brasil y Perú han subido en el ranking porque sus gobiernos han asumido el compromiso de castigar la corrupción y detenido y acusado hasta a presidentes. Un botón de muestra es que en esos países las corruptelas a las que se prestó la trasnacional Odebrecht tumbaron a mandatarios y encarcelaron a altos funcionarios. En México no ha pasado absolutamente nada pese a las múltiples evidencias de irregularidades por ese caso. Y peor aún, a los que tratan de investigarlo, los despiden como pasó con el ex titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales.La exhibida que nos puso TI debe obligar a nuestros legisladores a sacar ya las reformas al 102 Constitucional para crear una auténtica Fiscalía independiente y un fiscal anticorrupción que pare este desastre que nos tiene en el desprestigio mundial.jbarrera4r@gmail.com
