Don Bere, que ha visto pasar sexenios de todos los colores, aún no termina de darle el golpe al mensaje de Enrique Alfaro en su toma de protesta.La seguridad y el combate a la corrupción no fueron sus temas centrales sino referencias cosméticas. En cambio, el reflector se lo llevó su mensaje a Andrés Manuel: colaboración, pero no sumisión. Agenda nacional, pero desde lo local.La relación entre ambos está sostenida con alfileres. Y no es que el vaso de agua que Alfaro le derramó a Olga Sánchez Cordero sea un vaticinio, pero hay síntomas de alarma.La figura de Carlos Lomelí, lo confirmamos ayer, es profundamente odiosa para Alfaro. El gobernador naranja lo trae, dice Don Bere, atravesado. No es un pleito de vecindario sino algo más hondo que sólo alimenta un sentimiento tan profundo como el de la traición.Aunque Andrés Manuel dijo que los superdelegados dejarían de ser secretarios técnicos de las mesas de seguridad, y acudirían en calidad de invitados, Alfaro ya puso un alto.Tras instalar el Consejo Estatal de Seguridad, el gobernador aseguró que si la Federación desea integrar a un funcionario al margen de la ley, se deberá votar su integración.El Consejo, conformado por alcaldes naranjas y Alfaro, ¿creen que le permitirán el ingreso a Lomelí?El conflicto Andrés Manuel versus Alfaro versus Lomelí no tiene pinta de terminar aún. Y en medio estamos nosotros parroquianos y ustedes, en mera cresta de una ola de violencia que invade al Estado.***Para aquellos que, como los beodos de esta H. Cantina, perciben a un Ismael del Toro lejano y desdibujado en la alcaldía tapatía, en comparación con su antecesor, sepan que lo estará todavía más.A partir de hoy anda en un encuentro con alumnos del Massachusetts Institute of Technology en Boston (MIT). Su agenda incluye un “Tour en el campus del MIT”, otro en un laboratorio de medios y una posada.¡Qué suertudote!, claman los de la barra. A disfrutar que al tour del trienio todavía le cuelga.
