Jueves, 28 de Marzo 2024

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La desesperanza por los desaparecidos

Por: Rubén Martín

La desesperanza por los desaparecidos

La desesperanza por los desaparecidos

La marcha del sábado 24 de marzo en demanda de presentación con vida de los estudiantes desaparecidos la semana pasada, es un aliento de esperanza para las familias de los universitarios privados de su libertad, y de miles más de desaparecidos que hay en Jalisco. La del sábado pasado es la manifestación más amplia que se ha realizado por casos de desaparecidos en Jalisco.

Las organizaciones de familiares que tienen desaparecidos en Jalisco (Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos, Fundej; y el Colectivo Por Amor a Ellos) han convocado a numerosas manifestaciones públicas, pero ninguna había tenido la respuesta de la marcha del sábado pasado. Esa marcha y otras propuestas de acción política que se están planteando luego del periodo vacacional (como el paro universitario), si se mantienen y multiplican, podrían reunir cierta fuerza política para convertirse en un punto de inflexión en esta fase de guerra que tiene en las desapariciones su cara más horrible y dolorosa.

Por ahora, y a pesar de los miles que en este momento exigen con vida a los tres estudiantes de la Universidad de Medios Audiovisuales y de miles más, en muchos familiares impera más bien desesperanza.

Conversé el lunes pasado con Martín Magaña en el programa radiofónico Cosa Pública 2.0. Él es padre de Daniela Magaña, una chica de 20 años que desapareció en Zapotiltic, Jalisco, el 12 de septiembre de 2014.

Su tono es de desesperanza, debido no sólo al dolor que implica recordar día tras día a la hija ausente, sino sobre todo decepcionado de la respuesta de las autoridades a los miles de “dolientes”. Martín Magaña fue testigo de promesas del Gobierno federal y local. Pero esas promesas no sirven de nada porque son palabras pronunciadas para los medios: “Puros engaños para nosotros los dolientes de todo Jalisco y de todo México. Lo hacen nomás para bajar la guardia de toda la gente. Pero se sigue desapareciendo al por mayor, por todas partes y los dolientes han ido aumentando en los municipios, en las ciudades, en los ranchos, en todos lados. Están desapareciendo como si desaparecieran zancudos”, dijo a Radio UdeG.

Su desesperanza más grande es que reunió pistas creíbles sobre el paradero de su hija que entregó a la Fiscalía, y en lugar de dar con ella, desecharon la información y luego recibió amenazas contra él y contra sus otras hijas y esposa. Por eso, el padre de Daniela Magaña incluso no cree en seguir denunciando. “Si le soy sincero, nada se gana uno, porque si lo ve a nivel nacional, nadie ha hecho nada por las desapariciones. Es más el gasto físico, mental y en el corazón que se parte. En cada momento juegan con uno”.

El desgaste emocional, físico, económico, de salud de las madres, padres y hermanos que tienen desaparecidos es enorme. Muchos siguen a pesar de todo. El resto de la sociedad tenemos que generar empatía y fortalecer la solidaridad no instrumental con todos esos padres y madres que ahora están en la primera línea enfrentando la guerra que padecemos todos. Tal vez haciendo en la sociedad lo que hasta ahora no hemos hecho con las familias que tienen desaparecidos podría atenuarse la desesperanza que existe por ahora. 

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