Viernes, 26 de Abril 2024

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La Primavera; hagamos algo

Por: Diego Petersen

La Primavera; hagamos algo

La Primavera; hagamos algo

Es época de incendios en La Primavera y hay años que presentan condiciones más propicias que otros: este es uno de ellos. El del viernes y sábado fue terrible por las hectáreas afectadas, por la contaminación que provocó, por lo triste que fue verlo. La sociedad despertó, se indignó y lanzó una serie de propuestas para hacer algo. Hubo de todo en las redes, desde quienes proponían en change.org juntar firmas para que se decrete veda de cambio de usos de suelo en terrenos incendiados para mantener el polígono de protección, hasta acelerados llamados a la reforestación, sin faltar los ataques a las autoridades.

Reforestar es un tema que requiere alto nivel técnico y hacerse con las especies adecuadas en el momento adecuado. Cualquier convocatoria masiva y de emergencia solo dañará más el bosque y las posibilidades de sobrevivencia de los árboles será bajísima. Todos los que estamos interesados en la reforestación lo que debemos hacer es apoyar a las autoridades forestales y a la administración del bosque para hacerlo con ellos y como y cuando ellos lo decidan.

Cualquier convocatoria masiva y de emergencia solo dañará más el bosque y las posibilidades de sobrevivencia de los árboles será bajísima

Si de algo ha servido el decreto de área natural protegida en el bosque de La Primavera es para mantener el polígono de reserva. El gran logro en los poco más de 40 años desde que se protegió al bosque para evitar que la mancha urbana lo devorara ha sido mantener el polígono a pesar de los múltiples intereses, algunos legítimos otros no tanto, que están en juego. Hoy la amenaza no parece estar por ahí. Existe ya una ley federal que prohíbe el cambio de uso de suelo en terrenos incendiados y un sistema de Gobierno que le da estabilidad al decreto de protección. Lo que no debemos olvidar es que La Primavera tiene dueños. El Gobierno de Jalisco tiene una importante porción del área protegida, pero el resto es privado o ejidal; es a estos a los que hay que apoyar.

Algunos académicos y autoridades han planteado la posibilidad de cerrar el bosque. La propuesta hace sentido porque los incendios de los últimos días y la mayoría de los años pasados han sido provocados por pirómanos. Sin embargo, tiene inconvenientes. Por una parte, los ejidatarios viven en gran medida de las visitas, pero sobre todo porque un bosque que convive de manera tan cercana con una mancha urbana como la nuestra es prácticamente imposible de cerrar. Terminará siendo un juego del gato y el ratón que no evitaría a los pirómanos.

¡Hagamos algo! En algunos años, no tengo duda, tendremos que encontrar mecanismos de transferencia de recursos hacia el bosque, sea con pago por servicios ambientales, transferencia de derechos o algún otro mecanismo de compensación que incentive a los propietarios a su protección. Mientras tanto, lo mejor que podemos hacer los tapatíos para conservar el bosque que nos da tantos beneficios es conocerlo y quererlo y, en la medida de lo posible, apoyar, con trabajo voluntario o recursos, a quienes tienen a su cargo la administración del área protegida.

(diego.petersen@informador.com.mx)

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