Desde que López Obrador presentó su iniciativa de reforma al Poder Judicial en enero pasado, fue claro al señalar que podía aceptar algunas modificaciones, pero en esencia sería “irreductible -que no se puede reducir-”. Sin embargo, a pesar de las ventajas legislativas en el Congreso que garantizan su aprobación inmediata y de lo “tersa” que pudiera ser la transición presidencial, da la impresión que no todo fluye como “en mantequilla” y que el escenario se complica -de momento- de manera innecesaria en un marco que no estaba contemplado.De momento todo cambió con la detención o entrega de los capos del narcotráfico -el “Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López- y la reacción de algunos sectores de la ciudadanía y de los empleados del Poder Judicial que han recurrido a un paro de labores, han provocado que al inquilino de Palacio Nacional le cambie el “genio”, que haya “desenvainado la espada” y arremeta en contra del gobierno de Estados Unidos porque lo ignoraron en el operativo de captura de los “distinguidos” mexicanos, porque ayudan económicamente a organizaciones civiles en nuestro país y ahora por “injerencistas” al opinar sobre los cambios constitucionales en puerta. Y para “acabarla de … ”, da la impresión que hay un “jaloneo” entre Palacio y la oficina de la presidenta electa en los tiempos de aprobación de la reforma judicial.Primero, Ricardo Monreal, coordinador de los senadores de Morena, adelantó el domingo después de una reunión con legisladores, que el mismo 1 de septiembre, en una sesión distinta a la apertura del Congreso de la Unión, se abordará el dictamen que plantea la elección de jueces, ministros y magistrados a través del voto popular. “Quiero decir, con toda seriedad. Vamos a esperar que el dictamen de la reforma judicial se delibere y, en su caso, se apruebe… ”. Segundo, el martes -después de reunirse con Claudia Sheinbaum- el mismo Ricardo Monreal “echó reversa” muy políticamente, al decir que “Lo que la presidenta electa ha sugerido al grupo parlamentario es que sea cuidadoso con toda la etapa procesal, que no se vulnere ninguna etapa procesal y que no se precipiten, sino que observemos estrictamente la ley. Es una sugerencia que nos parece correcta… para hacer un amplio debate, que sepan todos los mexicanos de lo que estamos hablando, es la sugerencia de la presidenta Claudia Sheinbaum”. La “recomendación” de quien tomará el “bastón de mando” a partir del primero de octubre parecía lógica y sensata. Sin embargo, alguna llamada desde Palacio ha de ver recibido la presidente electa por la manera en que cambió el discurso y ayer “elegantemente” Monreal aclaró que solamente “Son dos días para discusión en lo general y en lo particular, y en la votación, puede ser el 3, 4 o 5 -de septiembre-”. ¿Por qué hay tantos cambios de opinión en tan pocas horas?Al presidente se le cuestionó sobre esa percepción de diferencia en los tiempos de la aprobación entre Palacio y la oficina de la presidenta electa, negando tener alguna diferencia, aclarando que “ella -Claudia- coincide de que hace falta la reforma al Poder Judicial” y que “se van a quedar con las ganas” quienes quieren un pleito entre ambos y que no les van a dar gusto “para que hagan fiesta” a los que se oponen.Sin embargo, no es cuestión de tener “ganas” para “hacer fiesta”, son los jaloneos en la comunicación de los personajes de la Cuarta Transformación los que confunden y dan la impresión de que en la cúpula morenista hay diferencia en los tiempos -y posiblemente en las formas-, lo que provoca los cambios de “genio” y se haga tanto “manoteó”.¿Usted, qué opina?