La seguridad, o mejor dicho la falta de ésta, es noticia que ocupa lugar destacado en todas partes, aunque pretendan ocultarla. Basta con observar las coincidencias: el Presidente Enrique Peña Nieto visitó de nuevo Jalisco este 15 de enero y en evento con las Fuerzas Armadas, tuvo que hablar sobre la Ley de Seguridad Interior. Justificó la existencia de este discutido marco legal aduciendo que debió legislarse por la ineficacia de las policías en los estados y municipios.Y aquí mismo, pasadas dos semanas desde que se inició el año, no se ha cumplido uno de los acuerdos básicos con los que se pretende fortalecer el quehacer de la policía en la Zona Conurbada de Guadalajara: la homologación salarial.En teoría, porque así lo presumieron los diputados del Congreso local, a partir de enero de este año todos los policías en los nueve municipios conurbados deben ganar 17 mil pesos al mes. Pero no sucedió. La Secretaría de Planeación, Administración y Finanzas argumenta que no hay reglamentación y no puede entregar el recurso para cumplir el compromiso.El titular de la Agencia Metropolitana de Seguridad, Marco Valerio Pérez Gollaz, manifiesta su esperanza (porque eso es, una mera expresión de esperanza) en que pronto se pondrá orden en el desorden. Y los comisarios de las corporaciones municipales esperan que las autoridades estatales cumplan.¿Si los policías en los municipios ganan lo mismo se corregirán los robos a vehículos, a casa habitación, los asaltos conejeros, los homicidios imparables? Claro que no.Podemos estar seguros de que seguirán circulando los motoladrones y que en cualquier calle o avenida de la ciudad habrá robos con pistola en mano.El punto es que la homologación salarial es un primer paso para igualar las policías, al menos en la ciudad. Es un avance en la dirección de igualar a los policías de Guadalajara con los de Ixtlahuacán de los Membrillos o Tonalá. Porque se supone que si un habitante de esta ciudad duerme en Tlajomulco y trabaja en Zapopan, la seguridad debe ser igual en ambas partes. Porque todo es la misma ciudad.Y el salario digno y similar, permite también empezar a trabajar en la capacitación y en el equipamiento. Algún día en un futuro accesible, los policías municipales deben tener uniformes, vehículos, armamento, conocimiento y sentido del deber suficientes para que no sea necesaria una Ley de Seguridad Interior que regule la presencia del Ejército en las calles, carreteras y poblaciones del país.Pero a los policías todavía no los capacitan de modo suficiente para participar activamente en las tareas que les impone el nuevo sistema de justicia penal; casi es un triunfo garantizar que tienen una noción del concepto “derechos humanos” y lamentablemente, seguirán siendo responsabilizados, por el mismo Presidente de la república, de provocar que exista la Ley de Seguridad Interior.Mal augurio deja el inicio de 2018, que ni siquiera permite cumplir con un primer compromiso que se ha manifestado desde hace más de 10 años y con el que han estado de acuerdo gobernadores, alcaldes y diputados: el mismo salario a los policías.Todo puede esperar.
