¿Gasto, corrupción o ineptitud?: ¡Las tres!

“La historia no sirve para nada… si no somos capaces de aprender de ella lo necesario para vivir mejor el presente y planear el futuro”

CCIMA

De una década a la fecha, el movimiento pro uso de la bicicleta se ha visto favorecido en la zona metropolitana de Guadalajara -y otras metrópolis del país- para seguir el ejemplo de algunas naciones de las llamadas del primer mundo, en donde el uso de las mismas está convertido en todo un fenómeno social, con múltiples beneficios prácticamente para todas las comunidades en donde se han implementado programas y la construcción de ciclovías que sirven para disminuir la contaminación ambiental, visual y el ruido que los artefactos de motor provocan, además de múltiples muertes y accidentes reportados año con año.

Es el caso que hoy vemos cómo se ha convertido en un extraordinario negocio demoler el pavimento hidráulico colocado hace ocho o nueve años, para luego volverlo a instalar y luego volverlo a demoler y construir en su lugar unas peligrosas y costosas seudo jardineras, que además de reducir el espacio transitable para “su majestad el automóvil”, se han convertido en trampas mortales para automovilistas, ciclistas, motociclistas y hasta para los usuarios del transporte público, que ahora ya no cuentan con espacios de parada, por lo que usuarios -de todas las edades- deben de “pegar el brinco” para no caer encima de una jardinera, con el riesgo de dislocarse un tobillo o rodilla, o de ser arrollados por algún ciclista que ahora se siente el “amo de las calles”.

En este mismo lapso, los gobiernos de los tres ámbitos han realizado esfuerzos para adecuar las vías públicas, sin que a la fecha exista alguna cuyo modelo sirva de ejemplo a seguir o ser replicado. Por el contrario, cada que una instancia de Gobierno emprende una nueva aventura para construir una ciclovía, se arma todo un alboroto mediático, generalmente por la falta de socialización, pero también por no ser capaces de demostrar los beneficios de las mismas.

El aumento de personas muertas y/o accidentadas al transitar en bicicleta en nuestra querida metrópoli ha ido en aumento año con año, con todo y que existe un buen número de asociaciones e instituciones que promueven la cultura de manejo como ciclista, y han crecido paulatinamente las llamadas ciclovías.

APUNTE

Ignoro quién es responsable de la construcción de las ciclovías que se están construyendo en la actualidad por distintos rumbos de la metrópoli -por ejemplo en la Avenida Ávila Camacho-, pero se puede percibir la necesidad de técnicos especializados para su diseño; de trabajo coordinado de las dependencias involucradas, así como de un mínimo de sentido común, porque lo único de común que llega a destacar, son los “servidores públicos” que se enriquecen con las obras.