Paradójicamente, viviendo en un mundo donde los avances científicos y tecnológicos vienen alcanzando metas inimaginables que servirían para mayor estabilidad económica y de estabilidad social, aparece un fenómeno creciente, imparable y altamente peligroso: LA VIOLENCIA, planetizada, a toda hora y en todo lugar.Una de las principales causas, que no es la única, es la injusta y terrible desigualdad que crece sin control, lo intrigante de este desafortunado y sangriento fenómeno es preguntarnos si esta causa ha inclinado a las personas hacia la práctica de la crueldad.Destaca un fenómeno que podríamos llamar “violencia urbana” consistente en la infinidad de crímenes que se dan cotidianamente en hogares, escuelas, vías públicas, centros de diversión, verdaderas masacres sin explicación alguna.Es de tal dimensión el problema que en el Estado de Florida, en los mismísimos Estados Unidos, han tomado la inexplicable, drástica y cruenta medida de permitir que los maestros porten pistola en el mismísimo salón de clases, incluyendo las aulas de alumnos de primaria.Tal parece que por más avances en todas las órdenes, no se descubren, aún, los rincones más oscuros del alma.
