Sin duda, el sorprendente triunfo de la selección mexicana contra los alemanes el domingo pasado en el Mundial de Rusia, además de ser una buena noticia, que fue como un regalo para muchos padres mexicanos que festejaban su día, se sumará a la lista de hazañas deportivas que para muchos mexicanos significan una plataforma para exaltar el carácter y el orgullo nacional.Como otras, en otros momentos, esta nueva proeza (aunque no garantiza nada en la naciente competencia, ni siquiera el mejor desempeño de México en un mundial), puede ayudar a mejorar, momentáneamente, el deteriorado humor social.No sobra esta pequeña dosis de optimismo momentáneo ante el momento crítico que vive el país por la ola de severa violencia provocada por la escalada de inseguridad por las disputas de la delincuencia organizada, que el Estado mexicano no ha podido detener; o por el hartazgo por la corrupción y la impunidad.Puede aportar inspiración o motivación a muchos, que jueguen futbol o no, por la forma en que un grupo de futbolistas mexicanos ganó contra todos los pronósticos a la selección campeona del Mundo. Eso está muy bien. Pero no hay que sobredimensionar ni la naturaleza ni los límites de este buen momento.Es realmente penoso, por ejemplo, cómo los candidatos a la Presidencia de la República, en vez de limitarse a enviar una felicitación al equipo, buscaron capitalizar el triunfo del Tri a favor de sus campañas políticas. Con una simpleza absoluta trasladaron el resultado del futbol con los resultados electorales que desean los favorezcan.José Antonio Meade, el candidato del PRI-Verde-Panal, se enchufó sin pudor alguno con el destino del equipo mexicano desde el último debate presidencial de hace una semana, cuando inició su intervención deseándoles éxito en Rusia. Ayer dijo que el triunfo demuestra que cuando se enfrenta la M contra la A gana la M. Refiriéndose a la M de México y de Meade, y a la A de Alemania y AMLO. Ricardo Anaya, del PAN-PRD-MC, dijo que al igual que México no se achicó contra los teutones, él tampoco lo hará y terminará ganando la elección. Algo similar dijo el candidato independiente, Jaime Rodríguez, “El Bronco”, al señalar que así como los pronósticos futboleros fallaron así fallarán las encuestas y él será el elegido. Andrés Manuel López Obrador, de la coalición Morena-PT-PES, fue el más cauto y se limitó a echar vivas a México y exaltó la fuerza y la pasión con que actuaron los jugadores mexicanos.El oportunista y acomodaticio uso del bálsamo llamado Tri es sin duda el fiel reflejo de la pobreza y bajo nivel de debate que han marcado las precampañas, las intercampañas y las campañas que están a ocho días de concluir. Cosa que será otro verdadero bálsamo para la ciudadanía, mucho menos fugaz que el triunfo de la selección que tanto quisieron aprovechar.jbarrera4r@gmail.com
