El 5 de julio de 1989 se empezó a escribir ‘el principio del fin’. Ese día el presidente del Partido Revolucionario Institucional -en aquel entonces-, Luis Donaldo Colosio, apareció frente ante los medios de información para reconocer que el PRI, por primera vez en sus 60 años de existencia, había perdido una elección para gobernador y era en el estado de Baja California Norte. El panista Ernesto Ruffo había hecho historia.En los siguientes 34 años vino el desmoronamiento que culminó en el año 2000 con la llegada de otro panista -Vicente Fox- a la presidencia. Y 94 años después, lo que llegó a ser coloso ‘partido de estado’, el domingo pasado fue despojado -le fue arrebatado- de la que considera el estado más cotizado -para algunos la ‘joya de la corona’- y con mayor peso electoral en el país, como lo es el Estado de México, quedándose solamente con 2 gubernaturas de las 32 que hay -Coahuila y Durango-.Fue prácticamente el ‘tiro de gracia’, y a partir de la elección del domingo pasado el diagnóstico de los especialistas es que el PRI se encuentra ‘en estado de coma’.Y para ‘rematarlo’ y aumentar la gravedad su estado de salud, en el preámbulo de los comicios del pasado fin de semana, el diario britanico The Guardian publicó una investigación que durante cuatro años hizo al gobierno del Estado de México, donde se habría detectado alrededor de 15 empresas fantasmas con las que se llevaron a cabo decenas de ilícitos contratos con un valor estimado alrededor de los cinco mil millones de pesos. Entre los supuestos involucrados en estas operaciones se encuentra Alejandra del Moral -perdedora en la elección dominical-, quien se desempeñó como secretaria de Desarrollo Social del gobierno mexiquense.Lo sucedido el domingo en los comicios -donde menos del 50 por cierto de los electores salieron a votar- no solamente es un paso más en el ‘principio del fin’ para el que fuera el poderoso partido tricolor -que debería cambiar sus colores de rojo y verde por el negro-, sino que es una muy mala señal para coalición Va por Mexico -intregada por el PRI, PAN y PRD- con vistas a la eleccion presidencial. Los pocos esfuerzos que se han hecho hasta el momento por unir fuerzas y buscar contrarrestar el poder de MORENA que va en ‘caballo de hacienda’ rumbo al 2024, se ven empañados severamente por la ‘derrota anunciada’ en el Estado de México.Más que fortalecer el ánimo de los integrantes de la oposición, el revés electoral puede alejarlos y provocar que cada quien ‘se rasque a sus uñas’ en la madre de las elecciones. Uno se pregunta, quién de los partidos de la coalición quiere ‘luchar a brazo partido’ con un derrotado -como fue el PRI con histórico revés-, con alguien que sido -aún sin comprobarse- exhibido con más actos de corrupción y con un dirigente como Alejandro ‘Alito’ Moreno, quien aparentemente quiere ser el ‘elegido’ para estar en la boleta electoral presidencial, y quien por cierto el domingo por la noche, en lugar de estar junto a su candidata derrotada en Toluca -que era su único capital político-, se fue a Saltillo para celebrar el triunfo de Manolo Jimenez en la gubernatura de Coahuila. Y allá, los miembros de la coalición ‘soñaron’ despiertos, “este es un triunfo muy importante, no solo para el PRI y para la Alianza Va por México, y aquí tenemos un buen gobierno emanado del PRI”, dijo ‘Alito’, mientras que Marko Cortés, presidente del PAN, señaló del triunfo en Coahuila que se “manda un fuerte mensaje a Palacio Nacional que cuando nos ponemos a trabajar unidos y todos hacemos lo que nos toca, se puede lograr”. ¿Y qué pasó en el Estado de México, que a “todos unidos” los enviaron al basurero de la historia política?La conclusión es que el PRI está a punto de fenecer, la coalición de partidos de oposición está en proceso de entrar en ‘terapia intensiva’ -ya que no reacciona a la realidad política que se vive- y MORENA ‘vuela’ con las alas desplegadas rumbo a la elección presidencial. ¿Usted, qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net
