¿Estaremos viviendo los últimos días de Marcelo Ebrard como secretario de Relaciones Exteriores?. La secuencia de acontecimientos así no lo hacen percibir.El pasado 7 de diciembre durante la conferencia mañanera en Palacio Nacional, el diálogo entre el presidente y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, era sobre lo que dice la ley sobre los tiempos en que los funcionarios del gobierno federal con aspiraciones presidenciales deberían de renunciar a sus cargos. Después de algunos titubeos y confusión si eran seis o doce meses antes de la elección, la conclusión fue que debería ser seis meses -diciembre del 2023-.Hace 11 días, el Canciller Ebrard -durante un acto de proselitismo a su favor- dijo que los aspirantes de Morena a ser candidatos presidenciales deben de renunciar, a la vez de pedir una encuesta confiable -método que supuestamente se escogió para designar al agraciado- con una sola pregunta para elegir al abanderado. “Morena -¿quiso decir el Presidente?- ya debe de poner reglas básicas a los aspirantes a la candidatura presidencial, entre ellas la renuncia al cargo que ostentan”, dijo Marcelo Ebrard.Y ayer, Martha Delgado, quien fungía como Subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, renunció a su cargo para dedicarse a “proyectos personales y políticos” -dijo en su carta de renuncia-, que después el mismo Canciller aclaró que la exsubsecretaria se dedicara a la promoción de su campaña para buscar la candidatura de Morena a la presidencia de la República. “Me dijo, yo quiero irme a la promoción abierta y 100 por ciento de tus aspiraciones”, comentó Ebrard.Y en el proceso de la misma declaración con los periodistas, el Canciller reconoció que se está entrando en una nueva etapa de la contienda presidencial e insistió en que quienes tienen la intención de contender por la candidatura de Morena deben renunciar. Además, dijo estar molesto ante las voces que aseveran que “hay una favorita”. Que eso no se puede apelar, cuando el propio residente es quien propuso la encuesta. “Nada más hay que leer lo que dicen las paredes: si “es Claudia”, ¿para qué hacemos encuesta?, se preguntó con cara de irritado. La propuesta e insistencia de Ebrard de que los contendientes deben renunciar, la renuncia y adhesión a su campaña de Martha Delgado y su molestia ante la ‘posibilidad’ de que hay una favorita y que no hay necesidad de una encuesta, todo esto nos hace pensar que estamos en el preámbulo de una renuncia anunciada. ¿Usted, qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net
