Pablo Lemus se ha equivocado de un hilo en el tema de violencia en razón de género. Podrán decir misa, pero alguien le tiene que explicar que no entiende que no entiende. En el primer debate habló de una “relación íntima” entre la candidata de Morena, Claudia Delgadillo, y el ex presidente Peña Nieto, algo totalmente fuera de lugar y que en el mundo machista de la política no tiene ninguna segunda interpretación. En el segundo debate llamó a las candidatas “hijas de ‘Alito’”, dando a entender que ninguna de las dos tenía méritos propios para estar ahí. No contentos con eso, hicieron que las mujeres candidatas de su partido salieran en apoyo a Lemus, el macho de la manada. El colmo, y la evidencia de que las expresiones machistas no fueron un desliz, sino producto de una arraigada cultura patriarcal, fue ofrecer disculpas al padre de la candidata Haro, no a las candidatas ofendidas.En reiteradas ocasiones los naranjas han dado muestra de su incapacidad y falta de voluntad para entender las cuestiones más básicas de los movimientos feministas, de esa igualdad sustantiva que dicen promover, pero se niegan a comprender. El primer encontronazo del gobernador Alfaro con la sociedad civil fue con las mujeres antes de tomar posesión; el primer videoregaño se lo llevaron ellas por criticar el diseño de la nueva secretaría y la desaparición del Instituto de las Mujeres. Vinieron después varios desencuentros por su forma de lavarse las manos en el tema de feminicidios y violencia familiar. “¿Qué tiene que ver el Gobierno con todo eso”?, dijo el gobernador en una abierta manifestación de su incomprensión y su falta de voluntad para entender el papel del Estado en la erradicación del machismo. El colmo fue cuando un 8 de marzo, Día de la Mujer, hizo que las mujeres de su Gobierno fueran a Casa Jalisco a tomarse la foto con él al centro. Todos los hombres mayores de 40 años que participamos en la vida pública, sea en política, en medios o en organismos de representación, necesitamos reeducarnos. Crecimos en una sociedad patriarcal donde se naturalizaron y reprodujeron muchas conductas machistas que hay que erradicar. Más aún cuando se es o se pretende ser gobernador. La política de MC no ha sido feminista, ha sido de una política machos condescendientes donde las mujeres que están en el partido no son escuchadas ni tienen el mismo nivel en la toma de decisiones. Las primeras preocupadas por las actitudes del gobernador y las respuestas de Lemus, que hoy por hoy tiene amplias posibilidades de ser electo, deberían ser las mujeres que participan en el partido. Alguien tiene que reeducar a los naranjas en temas de género antes de que la calle los reeduque a golpes de realidad.diego.petersen@informador.com.mx