Llegamos nuevamente al inicio de los procesos de entrega-recepción para el relevo de autoridades en los 125 municipios que conforman el territorio jalisciense con un grave problema sin resolver, además del de la severa inseguridad. Se trata de las crecientes nóminas y gasto corriente en los Ayuntamientos, que se tragan los de por sí raquíticos presupuestos y generan ciudades sucias, violentas, desordenadas y desatendidas en los demás servicios básicos, que las autoridades municipales están constitucionalmente obligadas a cumplir.Trienios van y trienios vienen con la llegada de gobernantes de distintos partidos políticos, sin que cumplan sus promesas de priorizar la austeridad y renunciar a meter en sus nóminas a sus clientelas políticas para el pago de favores en campaña.Por esa razón Jalisco se mantiene en el top ten de las entidades con los mayores despilfarros municipales, situación que ha quedado consignada en distintos estudios, entre ellos en el Censo Nacional de Gobiernos Municipales y Delegacionales que hizo el Inegi, desde su primera edición en el 2010.Lejos de corregir esta situación, las nóminas han crecido pese a las alternancias político-electorales que han traído administraciones de prácticamente todos los colores.Mientras que en 2010 el número de empleados en las administraciones públicas municipales de Jalisco era de 62 mil 739, ese número subió en 2016 a 78 mil 903, 10% más que en 2014, que había subido a 71 mil 750.Esto coloca a Jalisco entre las 10 entidades con mayor tasa de personal empleado en municipios, con 984 burócratas municipales por cada 100 mil habitantes, por arriba de la media nacional que es de 828, y muy por arriba de entidades similares como Nuevo León, que tiene 607; Veracruz, que tiene 556, o Puebla, que tiene 541.Algo ha pasado que no hemos cuidado la eficiencia de nuestras administraciones municipales y el derroche en gasto y estructuras crece sin que nadie ponga freno. Por lo que resulta muy oportuno llamar a las nuevas administraciones a fijar este tema como prioridad.Jalisco aparecía ya en 2010 como el cuarto con mayor número de regidores, como el segundo con mayor en número de dependencias municipales y también como el segundo con más edificios para albergar dependencias, con el pago de rentas sin regulación alguna.Estos cuatro indicadores bastan y sobran para confirmar lo que ha ocurrido con las nóminas de prácticamente todo el sector público, abultadas sin rubor por el uso clientelar que les han dado en las últimas décadas la clase política y gubernamental.¿Qué deben hacer los nuevos alcaldes para parar este despilfarro y en qué pueden ayudar para esto las nuevas normas para dar mayor transparencia a los procesos de entrega-recepción? Continuamos mañana con el tema con estos puntos.jbarrera4r@gmail.com
