Jueves, 28 de Marzo 2024

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Democracia pero con autoridad

Por: Guillermo Dellamary

Democracia pero con autoridad

Democracia pero con autoridad

Muchas veces se llega a confundir la relación entre democracia y firmeza o hasta determinación para gobernar con una imposición benéfica para todos.

Se trata de que la política persiga una visión mucho más clara y contundente de lo que ayuda a mejorar al pueblo. Y no dejar que la ignorancia y carencia de voluntad del pueblo continúe dominando el escenario social.

El caso que hemos comentado de Singapur, tuvo esa extraña mezcla entre democracia y un cierto toque de autoritarismo, para imponer muchas reglas y criterios que acabaran con la corrupción. Empezando por establecer auténticos castigos para los infractores de la ley, que aún siguen vigentes. Como el dar azotes a los delincuentes además de privarlos de su libertad o aplicar una efectiva pena de muerte para los narcotraficantes y asesinos.

En algún punto se tienen que romper los círculos viciosos de la corrupción y de la ineficiencia gubernamental. Y la mano dura es indispensable para hacer entender a la gente, de cualquier nivel, que las cosas se tienen que hacer de diferente manera. Ante la desobediencia existe la intransigencia. No hay clemencia ni impunidad. El que la hace la paga y tiene que cumplir con lo prescrito en la ley. Así que no hay una sola persona que consuma alimentos ni agua si quiera en las estaciones del metro, los autobuses y mucho menos en los vagones. La multa es de cerca de siete mil pesos por romperla y peor aún si alguien se atreve a fumar porque pagará cerca de 15 mil por hacerlo.

Eso sí, la limpieza es impecable, no hay un sólo papel tirado en ningún lado y mucho menos hay grafiti ni publicidad fuera de los lugares permitidos.

La gente es respetuosa y sumamente correcta y disciplinada con las filas y los ingresos en los accesos a los vagones del metro. No hay empujones y conglomerados de gente mal oliente que no sabe cuidar ni a su propia higiene, como sucede en muchos sistemas de transporte colectivo del mundo. En Singapur la delincuencia ha disminuido de tal manera de que se puede tener una vida tranquila, en cualquier parte, sin el temor de ser asaltado o robado. En varios lugares las autoridades tienen cámaras que identifican cualquier intento de conducta sospechosa, y la misma gente está habituada a denunciar cualquier irregularidad. Y desde luego la respuesta de la policía es inmediata y efectiva. Se castiga de inmediato al delincuente, pues las pruebas y los testigos son contundentes. Además periódicamente se publican, en enormes pantallas visibles al público, el número de ladrones que han sido atrapados en cada una de las regiones de ese país.

También han logrado llegar a ser una sociedad preventiva, a evitar que la gente se comporte en manera inadecuada, especialmente promoviendo la gravedad del robo como una conducta social inaceptable. No sólo se ha buscado que los políticos dejen de robar, sino que se promueve por todos los medios, a que la gente de la calle, evite hacerlo.

Y todo esto es posible gracias a que existe una mano dura y firme, que haga que las cosas se cumplan y se obedezcan, como también en caso contrario vienen las consecuencias que también se cumplen con firmeza.

En México queremos la democracia y buscamos que nuestros derechos se cumplan, pero no estamos muy conscientes de cumplir cabalmente con nuestras obligaciones.

Parece que la democracia requiere de una mano dura, para que las cumplamos, de lo contrario el pueblo y sus gobernantes andamos al garete, sin líder ni autoridad.

Es cuando gobierna la confusión y el desorden.

Acaba por dominar el imperio de la corrupción.
 

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