Jueves, 18 de Abril 2024

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Dejar de criminalizar a los desaparecidos

Por: Rubén Martín

Dejar de criminalizar a los desaparecidos

Dejar de criminalizar a los desaparecidos

Las desapariciones masivas que han ocurrido en Jalisco al comenzar este año, como la de tres italianos en Tecalitlán, cuatro comerciantes en Autlán (dos de ellos veracruzanos) y la de tres estudiantes de la Universidad de Medios Audiovisuales (Caav) en Tonalá ha cimbrado a la sociedad jalisciense.

Mientras más detalles se conocen de cómo ocurrieron estos casos, más asombro, indignación, coraje, y miedo se genera en miles y miles de ciudadanos. Saber que tres estudiantes de cine (Javier Salomón Aceves Gastélum, Daniel Díaz y Marco Ávalos) fueron privados de su libertad por un comando armado sólo porque se pararon a revisar su coche en una avenida de la Zona Metropolitana de Guadalajara, genera no sólo indignación, sino temor de recorrer las calles.

Saber que a cuatro comerciantes (José Juan Santos Meléndrez, José Ángel Meléndrez Luna, Juan Meléndrez Luna, y José Meléndrez Pineda) no han regresado a sus hogares luego de que fueron detenidos por dos patrullas municipales de Autlán, produce incertidumbre y temor a transitar por cualquier punto del Estado.

Esta cara dolorosa y horrible de la guerra que tenemos en México, que es la desaparición de personas, no respeta nacionalidades como fue el caso de una familia italiana: Rafaelle Russo, Antonio Russo, y Vincenzo Cimmino desaparecidos presuntamente por la policía de Tecalitlán el pasado 31 de enero.

La constatación de que en varios de estos casos están implicados miembros de fuerzas de seguridad estatales no sólo lo hace más grave sino también provoca más temor e intranquilidad. En lugar de proteger la vida y los bienes de las personas, tal como les ordena la Constitución, porciones enormes de las fuerzas de seguridad o se han convertido en brazos armados del crimen organizado o directamente se dedican a los negocios del crimen organizado.

La acumulación de casos recientes ha logrado despertar cierta conciencia ante la gravedad del problema de las desapariciones en Jalisco. Desde que estúpidamente Felipe Calderón declaró la supuesta “guerra contra el crimen organizado”, en Jalisco se encuentran desaparecidas más de 3,500 personas, según cifras oficiales. Jalisco tiene más desaparecidos que España en dos décadas o doce veces más desaparecidos que Uruguay en una década.

Creo que todavía no hay una conciencia generalizada de la gravedad de este fenómeno, de las heridas y traumas tan profundos que está dejando en la sociedad y de la asociación tan estrecha entre gobierno y organizaciones criminales.

Lamentablemente la mayoría de la sociedad sigue sin mostrar empatía por las familias que atraviesan este drama tan doloroso. Muchos siguen pensando que todo esto es un asunto de policías y ladrones, o peor aún, un asunto de ladrones: “en algo andaban”, es la frase que sintetiza toda esta falta de empatía.

Mientras no reaccionemos colectivamente ante las desapariciones y hagamos cada caso un asunto de todos, mientras no desarrollemos una empatía que nos mueva a solidarizarnos por todos los ausentes, la sustracción de personas seguirá entre nosotros, lacerando la vida de miles de familias. Es tiempo de dejar de criminalizar este problema y empezar a verlo como la primera tarea para detener la guerra en la que nos metieron los dueños del poder, el dinero y la violencia organizada. 
 

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