Sábado, 20 de Abril 2024

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De cuando pagué una “renta criminal” sin saberlo

Por: Jonathan Lomelí

De cuando pagué una “renta criminal” sin saberlo

De cuando pagué una “renta criminal” sin saberlo

El azar te elige, no el delincuente. El Cartel de los Bineros sólo elige el software que generará millones de combinaciones aleatorias para adivinar los datos de tu tarjeta de crédito.  

Yo, sin saberlo, les pagué una “renta criminal” durante medio año.

Bineros viene de bins, término derivado de código binario, el sistema de codificación de las tarjetas bancarias. La Condusef los identifica como una comunidad de hackers organizados sobre todo en grupos de Facebook, en donde comparten tips, venden tus datos y presumen sus logros. Hasta tienen su propio argot: “Quemar” a una víctima, por ejemplo, significa desfondar su cuenta bancaria. 

Hace poco noté un cargo por $289 con esta referencia: ACNT*CARGOSERV CUAUTITLAN IZ MX. Claro, pensé, debe ser algún pago de Spotify, HBO, Netflix, Storytel, Amazon Prime o Chula Cocina Creativa (hay recetas buenísimas). Casi lo dejé pasar, pero mejor llamé al banco. 

Una señorita de Banorte, muy amable, me explicó. Se trataba de un cargo mensual domiciliado desde hacía medio año, y que me describió como un “servicio de consultoría o relaciones públicas”. 

Me informó que estos cargos eran muy comunes últimamente. Montos pequeños y recurrentes que en el largo plazo y multiplicados por miles seguramente le dan una buena ganancia a los criminales. 

En un mundo de servicios y cobros digitales, los ladrones apuestan a la distracción. Al parecer es tan común, que hice mi reclamación por “cargo no reconocido” y la resolución fue favorable al instante con la única lata de que cancelaron mi plástico. 

Decidí escribir esta columna porque la semana pasada noté otra vez un cargo extraño por $311. Ahora aparecía como: FNCIA*CARG SERV INFRAC METEPEC EN MX. No me jodan, reflexioné serenamente, si yo nunca he estado en Metepec. 

Teléfono, Servicio al Cliente y mismo procedimiento. Otra vez era un cargo domiciliado, por fortuna el primero. Me advirtieron que si no procedía mi queja (y resultaba que sí había estado en Metepec, me multaron y simplemente lo había olvidado) me cobrarían 200 pesos más IVA por reclamación improcedente. 

Mismo resultado: me bonificaron al instante y otra vez me quedé sin plástico (Banorte resolvió de forma eficiente, pero cada banco tiene sus políticas; sé de otros que defienden como López Portillo cada peso). 

Por eso uno debe estar atento a sus movimientos bancarios, descargar la aplicación digital y solicitar notificaciones por correo o SMS para cada cargo realizado. 

Esta forma de estafa o fraude online se denomina carding, y tiene muchos hermanitos: el smishing (el clásico mensajito de dale clic aquí porque te ganaste un auto); el vishing (hola, le llamamos de su banco para verificar su NIP); el smishing (simular una página en línea) y el pharming (robarte datos sensibles cuando haces una pago en línea). Todos forman una enorme familia con nuevos miembros más sofisticados cada día. Los Smashing Pumpkins aún no entran en esta categoría. 

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