Conflictos o problemas como el que tenemos con la pandemia, el cambio climático, los miles de migrantes que se desplazan en diferentes países causando riesgos de asentamientos irregulares, los constantes amagos de Corea del Norte, la guerra de diferencias comerciales entre Estados Unidos y China o las tensionantes acusaciones entre estadounidenses y rusos pudieran pasar a segundo plano, llegando al grado de convertirse en intrascendentes, si el añejo conflicto en la Franja de Gaza -en el medio oriente- se complica. Y es que las consecuencia de una aceleración de los mutuos ataques puede inmediatamente desestabilizar al mundo en muchos sentidos.El conflicto tuvo sus inicios desde principios del siglo anterior, cuando los judios asediados en Europa buscaban establecer en algún lugar su propio Estado, encontraron en la región Palestina -entre el Río Jordán y el mar Maditerraneo- un territorio propicio para sus propósitos. Sin embargo, considerado lugar sagrado para musulmanes, judios y católicos, pronto se generó una resistencia; situación que se superó hasta pasada la Segunda Guerra Mundial cuando aumento la presion de establecer un Estado Judio, que llegó con la fundación de Israel en mayo 14 de 1948, creándose un conflicto regional y provocando la primera guerra arabe-israeli. El común denominador de este problema es el no reconocimiento del Estado de Israel por parte de las naciones árabes. Pero el peso de Israel es tener de aliados a Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, que conformados como un bloque sólido son ‘fuego’ para la gasolina del mundo árabe que puede ‘estallar’ en cualquier momento.Para Joe Biden, el resurgimiento del conflicto lo tomó de sorpresa y ‘atado de manos’, ya que Estados Unidos no tiene aún embajador en Israel, como tampoco cónsul general en Jerusalén. Hay que recordar que Donald Trump se convirtió en el primer país en reconocer a Jerusalén como capital de Israel -antes estuvo en Tel Aviv-. Lo tranquilizante de esta nueva escalada de violencia entre israelíes y palestinos (Hamas) es que muchos países árabes han dado pasos importantes para tratar de normalizar sus relaciones con Israel. Ademas, la mayoria no simpatiza con Hamas -movimiento palestino que reivindica la creacion de un estado islamico en la Palestina historica-. Lo preocupante, es que esta organización tiene el apoyo de Irán y está considerada como terrorista por la Unión Europea y Estados Unidos.El cese de hostilidades logrado prácticamente en las últimas horas, así como la disposición -nuevamente- de sentarse a tratar de encontrar una resolución sobre el conflicto, alienta a que la prudencia y la razón puedan dominar la conversación y no aumentar la tensión que pudiera provocar una intervención más directa de Irán que nos llevaría a ponernos en la antesala de una confrontación internacional de funestas consecuencias y con múltiples efectos adversos en todo el mundo. ¿Usted, qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net
