Miércoles, 12 de Marzo 2025

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Claudia ya impuso la no reelección… en Morena

Por: Isaack de Loza

Claudia ya impuso la no reelección… en Morena

Claudia ya impuso la no reelección… en Morena

En cuanto un político rinde protesta ya está pensando en su siguiente puesto. Así ha ocurrido, así ocurre y, desde febrero de 2014, cuando se avaló la Reforma Constitucional que permitió la reelección inmediata para diputados, senadores y alcaldes, las tripas de quienes alzan la mano para jurar que cumplirán y harán cumplir la ley rugen con mucha más fuerza.

No es reproche, al contrario. En cualquier profesión, la naturaleza del trabajador es ir hacia arriba en el organigrama. Pero a diferencia de los políticos, un trabajador no sale a la calle a hacer el ridículo recogiendo chanclas, pagando para que le compongan jingles y melodías horribles, poner su nombre y rostro en cada esquina o ensayar coreografías para que todo mundo sepa que de bailarines tienen lo mismo que de astronautas.

El poder funciona de maneras espantosas. Tanto, que puede convertir a un simpático pelón en un tirano iracundo que, pese a la evidencia de su pésima gestión, saldrá convencido de que un ente divino lo puso ahí, y de que realmente se ganó un lugar privilegiado en la historia de Jalisco.

Pero, aún con lo adictivo y narcotizante que es, el efecto del poder siempre termina. Un día todos quieren la foto contigo y al siguiente ni la comida a domicilio te llega.

El 5 de febrero pasado, y para no faltar a la costumbre de meterle mano a la Constitución en su día, la Presidenta Claudia Sheinbaum anunció dos reformas para, primero, extinguir El Salto y ZapotlanejDIGO, acabar con el nepotismo y evitar que los puestos de elección popular se hereden a familiares directos. 

La segunda, y la más importante, es el fin de la reelección. Tal y como se promulgó el 29 de abril de 1933. 

Por supuesto, el canon dicta que, para entrar en vigor, cada propuesta de reforma constitucional debe pasar por el visto bueno de diputados y senadores, y eventualmente hacer lo propio con más de la mitad de los congresos locales. Además, ninguna ley es retroactiva, por lo que los hoy electos todavía pueden aspirar a reelegirse en 2027. 

Pero, de facto y sin rodeos, Claudia Sheinbaum le ha impuesto esa reforma a todos los morenistas.

Justo después de que lo anunciara públicamente, la Primera Mandataria les leyó la cartilla: los aliados (PT y PVEM) tienen la libertad de hacer lo que les plazca, pero ningún alcalde, diputado o senador de Morena hará el intento por reelegirse en la elección intermedia. 

¿Qué implica esto? Que la legítima aspiración política de alcaldesas que iniciaron con todo el ánimo para construir un Cablebús, como Laura Imelda Pérez, en Tlaquepaque, no tendrán una segunda temporada. Y, con ello, se verá obligada a mantenerse en el ostracismo tres años para darle la ventaja a Movimiento Ciudadano de cara a la elección de 2030. 

La instrucción -porque eso fue- de Sheinbaum Pardo a sus correligionarios no cayó del todo bien. Como dije, sentarse en la silla desde la que todo mundo dice que tienes la razón es adictivo. Por ahí hay un gobernador apretadito que acumula seis años en Zapopan y dos y medio en Guadalajara que puede corroborar esa afirmación.

Los morenistas, cada vez más apegados a la persona que los lidera que al partido en sí, están obligados a acatar la orden… o salir del movimiento que los encumbró y buscar la última reelección por la vía que más le convenga: con otra fuerza política o intentarlo de manera independiente.

En su sexenio macrotransformador, el autoexiliado Enrique Peña Nieto garantizó que esa reforma electoral acabaría con la corrupción en la política, pues los elegidos harían bien su chamba para que la gente les confiara un segundo periodo. Claudia Sheinbaum usó exactamente el mismo argumento para echarla atrás: la reforma los pervirtió y les garantizó una beca para brincar de municipio en municipio y eternizarse.

Y mientras unos se quejan tras bambalinas porque le metieron freno de mano a su escalón político, del otro lado de la tarima las sonrisas alcanzan ambas orejas, pues, aunque es muy temprano para que salga el Sol, ya se cocina la estrategia que le permitirá a cierta alcaldesa mantenerse en la escena pública y ganar foro de cara a 2030.

Porque, como dije, cuanto un político rinde protesta ya está pensando en su siguiente puesto.

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