Jueves, 25 de Abril 2024

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Agua: en busca de una ruta de salida

Por: Diego Petersen

Agua: en busca de una ruta de salida

Agua: en busca de una ruta de salida

Se acaba el sexenio y una vez más el gran logro habrá sido posponer las grandes decisiones en materia de dotación de agua para la zona metropolitana. 30 años sin tomar decisiones y no ponernos de acuerdo es un récord difícil de romper, pero si nos apuran podemos prolongar el reinado de la indecisión, nomás faltaba, ese parece ser junto con el récord de olimpiadas nacionales, el otro gran tema transexenal. Zapotillo está parado y el sistema de bombeo en Purgatorio hecho bolas entre malas decisiones, demandas y falta de recursos. Se pudo aumentar un metro cúbico la dotación por vía del SIAPA gracias a que se logró ampliar las concesiones de pozos, pero esa, lo sabemos, es una solución temporal, desesperada y riesgosa, pues el abatimiento de los mantos freáticos de la zona metropolitana y alrededores es la principal amenaza en el corto plazo.

El problema del agua para Guadalajara... tiene que ver con grillas e intereses que pueden parecernos intestinos y poco legítimos, pero sobre todo con una incapacidad para llegar a acuerdos entre perspectivas distintas

El problema del agua para Guadalajara es político en lo más amplio del término. Sí, tiene que ver con grillas e intereses que pueden parecernos intestinos y poco legítimos, pero sobre todo con una incapacidad para llegar a acuerdos entre perspectivas distintas. Me atrevería a decir que, aunque suene absurdo, ni siquiera estamos de acuerdo en cuál es el problema por resolver. Unos piensan que lo importante es la dotación de caudales, otros creen que es el reuso, hay quienes lo ven como un asunto de cambio climático, otros como un tema de derechos, o hasta de orgullo jalisciense. Lo cierto es que todo es cierto, es un problema complejo y por lo tanto requiere soluciones complejas, que no se resuelve haciendo una presa o no haciéndola.

Tenemos que cambiar el enfoque. Lo primero es tener claro que hemos fracasado y que ninguna de las perspectivas hasta ahora planteadas nos va a sacar del atolladero; tenemos que renunciar a pensar que tenemos la verdad. Segundo, construir el problema. Si no tenemos un primer gran acuerdo en ello el diálogo de sordos, y peor de sordos crispados, seguirá siendo la tónica de una discusión sin salidas. A la definición obvia que es asegurar agua para los habitantes y las actividades económicas de una zona metropolitana de seis a siete millones de habitantes, que es lo que tendremos en 2050, tenemos que agregarle todos los adjetivos: sustentable, responsable, eficiente, con perspectiva de derechos humanos, etcétera. Tercero, dedicarle tiempo y esfuerzo a construir los acuerdos. Es increíble que dediquemos miles de millones de pesos a construir infraestructura y no seamos capaces de dedicar un peso a socializar (en realidad debe decir a escuchar), a entender y entendernos.

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