Las cifras son del DIF Jalisco. Algo pasó después de la pandemia. En 2019 se reportó sólo una mujer de 70 años abandonada en Guadalajara. El 2020, año de la crisis sanitaria, sólo fueron tres, pero en 2021 aumentó a seis y el año pasado a 32. Este 2023 suman 60 casos, la mayoría mujeres (49). Hay distintos tipos de abandono. El familiar sale todo el día a trabajar y los dejan encerrados con cualquier alimento. En otros casos viven en total desamparo en fincas semiabandonadas o en situación de calle. Muchos enfrentan violencia física y patrimonial; les quitan su pensión. En el Hospital Civil ocurre a menudo que los internan y ya no regresan. Un adulto mayor necesita servicios básicos, alimentos, medicamentos, ayuda si padece movilidad limitada, compañía… Su cuidado demanda en promedio 38.9 horas semanales, una jornada laboral completa. Ese tiempo dedican sus cuidadoras, pues nueve de cada 10 son mujeres: hijas, nietas y pareja, en ese orden (Inegi, 2022). Paradójico: las mujeres, principales cuidadoras, sufren más abandono. En México hay 20 millones de adultos mayores. Distintos estudios y especialistas refieren que entre el 16 y 20 por ciento sufre algún tipo de abandono. ¿Un asilo o casa de asistencia? El 48.8% de los lectores y lectoras dirán: “¡Jamás!” Ese porcentaje de mexicanos, según la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados 2022 del Inegi, está en desacuerdo con enviar a un adulto mayor a una casa de descanso. El principal obstáculo es cultural, pero también hay muchos prejuicios. Creen que los tratan mal o que carecen de personal calificado. Las familias ahora son más pequeñas. Eso hace más difícil cuidar a un adulto mayor. La tasa de natalidad ha decrecido, cada vez seremos una población con más adultos mayores y menos jóvenes. Sumemos que la esperanza de vida, gracias a la tecnología médica, ronda los 75 años para los hombres y los 78 para las mujeres. Existen asilos públicos y particulares. Una amiga, cuya historia comparto en mi columna de mañana, salvó su relación con su madre gracias a una casa de descanso. Nuestra cultura digital, que rinde pleitesía a la belleza juvenil, ha convertido la vejez en un defecto vergonzoso. Olvidamos que esta etapa de la vida también es una conquista -si el infortunio de la pobreza no la denigra-. Hace poco anoté en mi libreta esta frase de Séneca en su tratado “De la vejez”: el anciano “está en mejor condición que el adolescente, por el hecho de que ha conseguido lo que aquel aún espera: aquel quiere vivir mucho tiempo; este ya lo ha vivido”.jonathan.lomeli@informador.com.mx
