Gerardo Martino tiene más nombre que Juan Carlos Osorio en el mundo del futbol, sin duda. Que la gestión del argentino al frente de la Selección mexicana vaya a superar la muestra que dejó el colombiano, sin embargo…, aún está por verse.*El debut del “Tata” como timonel del “Tri”, esta noche, en partido de Fecha FIFA, con Chile como adversario, tuvo dos antecedentes: uno, las inevitables alusiones al 7-0, humillante para México, del enfrentamiento de hace casi tres años en Santa Clara, California, en el marco de la Copa América Centenario; otro, la tempestad en un vaso de agua generado porque el “Tecatito” Corona, aduciendo una lesión en un tobillo, prefirió quedarse en Portugal a cruzar el charco simplemente para convivir unos días con el resto del grupo y con el nuevo timonel.Los fantasmas del 7-0 son historia antigua. Aquel episodio fue un accidente del futbol: ni Chile volvió a ganar ni México volvió a perder desde entonces un partido con cifras tan escandalosas. Ambos, al paso del tiempo, siguieron su camino: Chile fracasó en la eliminatoria y compartió con Italia, Holanda y Estados Unidos el nada envidiable honor de ser una de las decepciones de la ronda; México consiguió el boleto con nota sobresaliente, con calificación casi perfecta, sin las angustias que debió confrontar en ciclos anteriores, y ya en el Mundial alternó una victoria sobre Alemania (1-0) que rompió todas las quinielas, con las derrotas ante Suecia (3-0) y Brasil (2-0) que lo obligaron a poner de nuevo los pies en el suelo.Lo del “Tecatito” -tiempo al tiempo...- quedará a nivel de mera anécdota en cuanto se le baje la espuma al choco-milk. Si el jugador, restablecido de la lesión, recupera su nivel de juego, Martino lo invitará a volver, fumará con él la pipa de la paz… y a otra cosa, colorida y volátil mariposa.*Más allá de esas nimiedades, la prueba de esta noche, más que un resultado al que pudiera darse el cariz de revancha, promete la perspectiva de ver, primero, la mano de Martino en el funcionamiento del equipo; segundo, el nivel actual de los integrantes del pie veterano del mismo; y tercero, las condiciones que muestren los jugadores de reciente ingreso, para aspirar a ocupar las plazas que por los implacables imperativos del tiempo vayan quedando vacantes de aquí al Mundial de 2022.
