Aunque ya no sorprenda; aunque se vaya haciendo mala costumbre, duele que los aficionados de Jalisco vuelvan a quedarse marginados de la fiesta a la que acostumbraban ser invitados de honor…Serán otros, una vez más, los protagonistas de la “Liguilla”. Guadalajara y Atlas están en vías de cerrar, irremisiblemente, una campaña más en que han sido actores secundarios; del montón… Tiempos hubo en que eran los muñecos del pastel. Hoy son equipos de relleno en los campeonatos mexicanos.*El auge que tuvo el futbol de Jalisco se hizo notorio cuando la plaza contaba con cinco equipos de Primera División. Guadalajara, convertido en fenómeno social en los años del “Campeonísimo”, y Atlas, abanderado de la escuela del buen futbol, aunque sus resultados se quedaban ordinariamente en el terreno de la mediocridad, fueron sus baluartes. El Oro, reconvertido en Jalisco, solía cumplir dignamente el rol de tercero en discordia. Las universidades (“Tecos” y “Leones”, por sus nombres de guerra) tuvieron campañas sobresalientes… hasta que se volvieron social y económicamente insostenibles, se eclipsaron y terminaron, a semejanza del Jalisco, por desaparecer de la escena.*Se suponía que al quedarse solos nuevamente, como dueños de una plaza que siempre fue suya, aunque durante varios años tuvieron competencia, Guadalajara y Atlas darían pasos firmes para consolidarse como protagonistas de los campeonatos nacionales… La plaza había probado reiteradamente su fidelidad a los equipos tradicionales. La venta de las franquicias a empresarios más solventes, visionarios y ambiciosos -supuestamente- que los accionistas originales, abría perspectivas promisorias…Por lo que se quiera y mande, los erráticos manejos del timón del Guadalajara han repercutido en que su marcha alterne -como en la canción- “dos pasitos p’adelante y otros tantos para atrás”, con los resultados que saltan a la vista: después del título más reciente, cuatro torneos consecutivos sin pasar de la lista de los 18 llamados a la de los ocho escogidos.*El Atlas, en tanto, ha dado palos de ciego en sus intentonas de integrar un plantel idóneo, si no para reverdecer los títulos que se marchitan en sus vitrinas desde hace décadas, sí, al menos, para salir de la querencia: la zona del tabulador en que se dirime el tema del descenso: una piedra en que los rojinegros han tropezado ya tres veces en su historia.(Claro indicio -¿hace falta decirlo…?- de que no han aprendido la lección).
