Se cierra el paréntesis. Gerardo Martino puede entregar a la superioridad, con copia a los medios y extensiva a la opinión pública, el reporte de la primera etapa de la honrosa encomienda que se le asignó (dirigir a la Selección Nacional: una misión casi tan exigente como la de fungir como Presidente de la República), condensado en dos palabras: “Misión cumplida”.Si se hubiera anticipado que el “Tri” ganaría con claridad en el marcador, aunque no tanta en la cancha a Chile, y con claridad en la cancha, aunque no tanta en el marcador a Paraguay, pocos observadores lo habrían creído. Ya sobre los hechos consumados, hay consenso, primero, en que las dos victorias fueron legítimas; y segundo, en que la primera impresión que dejó el arranque de la “era” del “Tata” como técnico nacional, es promisoria.*Sería aventurado pronosticar, hoy, qué tan competitiva será esta Selección. México llegará -porque su historia así lo determina- en calidad de favorito para la Copa Oro a disputarse entre junio y julio. Una etiqueta similar, con las exigencias correspondientes, la acompañará en las eliminatorias zonales para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y el Mundial de Qatar 2022.En lo que el tiempo decide si esas empresas se resuelven con notas aprobatorias, los partidos de la Fecha FIFA recién disputados sirvieron, de entrada, para que Martino y 24 jugadores seleccionables se conocieran mutuamente; después, para que el técnico los viera a casi todos no sólo en entrenamientos sino en partidos formales; luego, para que los jugadores dieran forma a los primeros trazos del estilo futbolístico que el “Tata” estima adecuado para sus características y pertinente para sus propósitos; y finalmente, para que tanto el comportamiento colectivo como los resultados fueran estimulantes. Nada anima tanto como la victoria; nada desalienta tanto como la derrota.*Martino, desde su presentación oficial, expresó que el relevo generacional se dará de manera gradual. Sin prisas. Sin imposiciones. Sin caprichos… No se trata de borrar de un plumazo a los veteranos -Corona, Moreno, Layún, Guardado, Jona, “Chicharito”…- por el hecho de serlo, ni de poner en su lugar a los novatos -Gudiño, Sánchez, Gutiérrez, César Montes, los Rodríguez…- nada más por ser jóvenes. Mientras los jugadores que ya cargan algunos calendarios sobre sus espaldas demuestren que las piernas les responden, se tratará de aprovechar su experiencia.Moraleja del cuento: ¡viva el sentido común…!
