-¿“Clásicos”…?: los cerillos.Esa fue la respuesta, muy a su estilo -lacónico, a la mitad del camino entre la filosofía y la guasa-, de Nacho Trelles acerca de un tópico similar al que ahora aparece en la agenda de la competencia doméstica.*Esta vez serán dos -uno capitalino, otro tapatío-, como otras veces han llegado a ser tres y hasta cuatro (incluidos el regiomontano y “el del Bajío”, cuando el Irapuato estuvo en la Primera División) los “clásicos” incluidos en la séptima jornada del Torneo de Clausura. Lo cual da pie para señalar que entre las 10 acepciones que la Real Academia admite del vocablo, se incluye -como regionalismo válido en Argentina, Uruguay y Venezuela- la denominación que se da a “competiciones hípicas de importancia que se celebran anualmente”… pero no al uso, bastante más extendido ciertamente, que se le da en la jerga futbolera.*El caso es que de los “Clásicos” programados para este fin de semana, uno, el Guadalajara-Atlas, pese a los altibajos de sus protagonistas en el curso de la historia, tiene validez plena. Aunque estadísticamente arranca en la era profesional del futbol -a partir de 1945-, históricamente es tan antiguo como los dos clubes más tradicionales de Jalisco; centenario, pues… Otro, el “Pumas”-América, es bastante más joven.El América es el decano de los clubes mexicanos. Cuando los “Pumas” aparecieron en la Primera División, a inicios de la década de los sesentas del siglo pasado, el “Clásico” capitalino por excelencia tenía como actores a dos equipos que aún existen, ciertamente, pero cuya marcha en el futbol profesional ha sido asaz errática: Necaxa (actualmente asentado en Aguascalientes) y Atlante (antaño “El Equipo del Pueblo”; hogaño devaluado -milita en la Liga de Ascenso- y desterrado en una plaza -Cancún- sin historia en el mapamundi del deporte).*Es previsible que la balanza del interés mayoritario se incline a favor del duelo entre los equipos capitalinos, en parte por obvias razones de índole mediática y en parte porque los tapatíos no han conseguido recuperar su añeja pujanza.En todo caso, queda el consuelo de que si allá la principal preocupación consiste en que funcionen las medidas orientadas a evitar que el partido tenga un marco de violencia, aquí aún cabe el buen deseo de que prevalezca el espíritu festivo que, salvo lamentables excepciones, ha caracterizado al “Clásico” local.Así sea.
