Los grandes equipos, los verdaderamente grandes, no sólo lo son en la victoria. También lo son en la derrota.El Barcelona de ayer, por ejemplo…Buscarán en vano quienes busquen, en declaraciones de sus dirigentes y de sus jugadores, el refugio en la excusa de los errores arbitrales (o de la aplicación del VAR, que ahora está de moda). Otro tanto sucederá con quienes busquen expresiones despectivas u ofensivas en contra de los adversarios. La expresión de Luis Suárez, de que en la desconcentración masiva del aparato defensivo, en la acción rutinaria -pocas cosas hay en el futbol menos sorpresivas que un tiro de esquina- que culminó en el cuarto gol del Liverpool “parecíamos juveniles”, tiene el toque de severa autocrítica al que un profesional está obligado en circunstancias como esa. Pero nada que demerite el esfuerzo ni, mucho menos, que denigre la viveza del vencedor.Lo estrepitoso y aun humillante del marcador, deja el terreno abonado para que se den vuelo los que pocas veces tienen ocasión, como ahora, de pisar y aun de escupir al Barsa, viéndolo en el suelo. Los méritos del Liverpool -codicia, esfuerzo rayano en el heroísmo, disciplina táctica irreprochable…- deben servir para dar a su victoria su justa dimensión -una hazaña, por donde se mire-… sin demérito del esfuerzo (estéril, porque no consiguió reflejarse en el marcador) de Messi y sus coequiperos en el lapso de la etapa inicial en que fue suya la pelota.Mientras tanto, hay indicios, por una parte, de que la metamorfosis en la estructura directiva del Atlas es un hecho, aunque no haya sido -como se había especulado- mediante la venta de la franquicia; por la otra, de que los dirigentes del Guadalajara reconocieran que el balance de la breve gestión de Tomás Boy al frente del equipo en el último trecho de la campaña regular tuvo más aspectos positivos de los que pusieran apreciarse a la vista de los resultados, por lo que decidieron, en un gesto de nobleza y de congruencia, incluirlo en el proyecto para la próxima temporada.Al margen de la depuración que se realice y de las caras nuevas que se integren a los planteles, ya se ven los primeros indicios de que esta vez sí van en serio los esfuerzos orientados a enderezar lo que en ambos frentes, en las últimas campañas, se torció sistemáticamente.
