Domingo, 05 de Mayo 2024

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* Efectos secundarios

Por: Jaime García Elías

* Efectos secundarios

* Efectos secundarios

El domingo que se vean las caras en el Estadio Azteca, América y Guadalajara lo harán como hermanos en la desgracia: aún con el acíbar de la frustración en el paladar, por sus respectivas derrotas en los partidos en que se jugaban la posibilidad de acercarse al título de Copa.

Sin embargo, así como -salvadas las abismales distancias- ni Real Madrid ni Barcelona perderán su jerarquía como los gigantes de la Liga en España por sus recientes, sorpresivas derrotas ante Sevilla y Leganés, respectivamente, los descalabros de los equipos alternativos que América y Guadalajara utilizaron para exhibir sus camisetas en los partidos de media semana, no devaluarán al “Clásico” dominical.

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Hecha, pues, la salvedad de que ambos clubes se comportaron en la Copa como corresponde a un plato de segunda mesa -sin perjuicio de que, caso de haberla ganado, le echaran a sus tacos toda la crema disponible en la cazuela-, viene al caso poner, como dijo el pariente, “los puntos sobre las ís” (sic)…

Recordar, por ejemplo, que, sin ser injustas, porque había motivo sobrado para ellas, fueron desorbitadas las celebraciones que se hicieron, hace dos semanas, de la rotunda -y sorpresiva, por donde quiera mirarse- de las “Chivas” sobre el Monterrey. Ni una golondrina hace verano -se apuntó entonces-, ni lo sucedido aquella tarde era prueba inequívoca de que los rojiblancos estaban en vías de experimentar una metamorfosis espectacular. El empate con sabor a derrota del domingo ante el Querétaro y el traspié del miércoles ante los “Pumas”, evidenciaron que uno de los más peligrosos efectos secundarios de campanadas como la conseguida a costa de la “Pandilla”, consiste en que ponen sobre aviso a  los rivales y éstos acrecientan sus esfuerzos.

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Tres puntos a favor de los rayados, en el balance de su derrota ante los “Pumas”: uno, que el segundo gol de los capitalinos, con la firma de Brian Figueroa, fue, en el partido, en el estadio y en el campeonato en que lo pongan, un golazo; los dos restantes, que el primero y el tercer gol fueron, sin más, la penitencia a la medida de los errores individuales cometidos por jugadores bisoños -De Luna y Galindo- que probablemente algún día llegarán a ser grandes futbolistas, pero no lo son aún.

Lo malo fue que el 3-1 reflejó fielmente la diferencia en el nivel futbolístico de los protagonistas...

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