Sobre todo cuando se trata de ciertos equipos -los más populares, concretamente-, difícilmente se les analiza con objetividad y se les califica con mesura. Y es muy común, en cambio, que se exagere la nota cuando se les coloca en la platina del microscopio: son sublimes cuando hacen méritos para conseguir la nota aprobatoria… o mamarrachos cuando hay motivos para asignarles la reprobatoria. Sin términos medios. Casos concretos: América -y, de refilón, Cruz Azul- y Guadalajara.*No es usual que el América pierda dos partidos al hilo, como acaba de sucederle ante León y “Pumas”. Tampoco lo es que el Cruz Azul hilvane tres apariciones sin victoria. Sorprende -y a algunos, incluso, escandaliza- que el primero, con las ínfulas de sus más recalcitrantes seguidores, aparezca en el modestísimo undécimo peldaño de la clasificación. Que el segundo ocupe el lugar número 14, en un vecindario poco envidiable, propicia que sus malquerientes le carguen la mano.Se trata, sin embargo, de los dos finalistas del precedente Torneo de Apertura, circunstancia que permite subrayar que la “campeonitis” no es, como suele decirse, simple leyenda urbana… El desgaste anímico que representa disputar una final, el poco descanso y la falta de una pretemporada similar a la del resto de los equipos -además, en el caso, de las bajas de Lainez y Domínguez y las lesiones de Roger Martínez, Uribe e Ibargüen- incide en el funcionamiento de un equipo… de la misma manera como los imponderables (la pifia de Pablo Aguilar que propició el segundo gol del Santos Laguna el sábado, por ejemplo) explican resultados que en otras circunstancias acaso serían diferentes.*En el Guadalajara, por contrapartida, la goleada al Atlas, el sábado, fue motivo sobrado para que se echaran a vuelo las campanas. El papel sobresaliente de Alexis Vega en ese resultado ha servido asimismo para que se le proclame como el sucesor de Omar Bravo, y para sostener que la “falta de gol” que se diagnosticaba hasta antes del 3-3 ante el Necaxa y el 3-0 sobre el Atlas, es cosa del pasado.Como sucedió después de las tres victorias iniciales del certamen -sobre Tijuana, Cruz Azul y Toluca-, vale insistir, primero, en la pertinencia de esperar a que se le baje la espuma al choco-milk…, y recordar, después, que el Atlas del sábado fue un flan, y puede ser, por tanto, un parámetro engañoso.
