Martes, 23 de Abril 2024

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- “¡Viene, viene…!”

Por: Jaime García Elías

- “¡Viene, viene…!”

- “¡Viene, viene…!”

Para el ciudadano común, son una plaga, una peste, una monserga; para la “h.” Autoridad, son infractores sistemáticos de la ley porque nadie tiene derecho a lucrar, en su beneficio, con los espacios públicos; para quienes han hecho del oficio su modus vivendi, se trata de una actividad modesta y azarosa, ciertamente, pero también honesta y más o menos lícita, que les permite llevar el pan de cada día a la mesa de sus hijos…

-II-

Para caracterizar al oficio se han creado varios neologismos que la Real Academia, hasta donde se sabe, aún no legitima. En México, donde seguramente son legión -no hay ciudad de la República en la que no pululen-, se les conoce indistintamente como “apartalugares”, “franeleros” o “viene-viene”… En Guadalajara, en el barrio -eminentemente comercial- de Santa Tere, por ejemplo, vista la incapacidad o la tibieza de la autoridad municipal para contenerlos, los vecinos encontraron una manera civilizada, diríase, aunque ciertamente ilegal, de regularlos: elaboraron un padrón, les entregaron gafetes que permitían identificarlos, les asignaron áreas y les permitieron ofrecer sus servicios como lava-carros o solicitar una propina por (supuestamente) cuidar los vehículos; les prohibieron, en cambio, establecer cuotas obligatorias por utilizar los espacios públicos.

Hay épocas y lugares en que los propios vecinos ejercen como “apartalugares”: a inmediaciones del Auditorio Benito Juárez durante las Fiestas de Octubre, en las cercanías de la Glorieta del Álamo durante la Feria Regional Ganadera, en los alrededores del Estadio Jalisco, del de los “Charros” y de la Plaza de Toros Nuevo Progreso los días de partidos de futbol, de beisbol o de corridas de toros. Ocasionalmente las autoridades hacen como que intervienen, recogiendo baldes, botellas y demás implementos con que los vecinos obstaculizan los espacios frente a sus casas, en detrimento del derecho que todos los ciudadanos tienen de estacionar sus automóviles en espacios (teóricamente) públicos.

-III-

La modalidad más reciente en esta materia -hasta donde se sabe- acaba de darse en Tlaquepaque, donde la autoridad dispuso cobrar una cuota a los vecinos… para que éstos, a su vez, cobren, cuando hay eventos como los referidos, a quienes estacionen sus coches en la acera, frente a su domicilio.

No hay constancia de si hubo una reforma a la reglamentación municipal o un acuerdo de cabildo que de alguna manera legitime la medida… En todo caso, queda demostrado que muchas cosas, en este bendito país, funcionan mejor fuera de la ley… que dentro de la misma.

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