Viernes, 26 de Abril 2024

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- ¿La Verdad…?

Por: Jaime García Elías

- ¿La Verdad…?

- ¿La Verdad…?

A la larga lista de aforismos dedicados a La Verdad -así, con mayúsculas-, se suma el de López Obrador: “La Verdad no debilita a las instituciones; al contrario: las fortalece”. Un aforismo de validez axiomática. Una frase que muy bien puede competir, tanto en sonoridad como en solidez argumental, con el celebérrimo apotegma de Juárez. Un concepto “para los bronces”. Una expresión que incorpora al Presidente electo al cúmulo de grandes pensadores que han abordado el tema: desde Aristóteles (“Soy amigo de Platón, pero soy más amigo de la verdad”) hasta Manuel Vincent -periodista y escritor contemporáneo- (“El  que busca la verdad corre el riesgo de encontrarla”), pasando por Marco Aurelio (“Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho; todo lo que vemos es una perspectiva, no la verdad”), André Maurois (“Sólo hay una verdad absoluta: que la verdad es relativa”)… y, por supuesto, Ramón de Campoamor -otro escéptico- (“En este mundo traidor / nada es verdad ni mentira; / todo es según el color / del cristal con que se mira”).

-II-

A López Obrador se le ha reconocido una extraordinaria habilidad para decir a sus interlocutores -empresarios, periodistas, ciudadanos que lo abordan en demanda de los portentos que todos los mortales ingenuos esperan de los políticos…- lo que éstos quieren oír. Al López Obrador D. E. (Después de las Elecciones), conste; no al López Obrador A. E. (Antes de las Elecciones).

Congruente con su nueva imagen (nada que ver con el que, incapaz de aceptar sus anteriores derrotas electorales, acuñó otra frase rotunda y categórica: “¡Al diablo las instituciones!”), el hoy Presidente electo sembró ayer, como estaba previsto que sucediera, en el ánimo de los familiares de las víctimas del caso Ayotzinapa, la semilla de la esperanza. La esperanza, si no de que lo sucedido hubiera sido una espantosa pesadilla en vías de resolverse en un despertar feliz -en cumplimiento de la “exigencia” de “Vivos se los llevaron y vivos los queremos”-, sí, al menos, de pasar de la “Verdad histórica” del ex procurador Jesús Murillo Karam, semanas después del dantesco episodio, a una que satisfaga el deseo de que uno o varios funcionarios gubernamentales y/o mandos militares de alto rango, paguen la factura de los platos rotos.

-III-

La Comisión de la Verdad en vías de crearse, sólo dejará plenamente complacida a “la opinión pública” (cualquier cosa que eso sea) si concluye su ejercicio con sacrificios humanos. Menos, no.

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