Viernes, 19 de Abril 2024

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- Eppur si muove

Por: Jaime García Elías

- Eppur si muove

- Eppur si muove

Más mito que historia, la frase que supuestamente pronunció Galileo Galilei, hace cerca de 400 años, tras abjurar -de dientes afuera- ante el temible Tribunal de la Inquisición de su teoría de que la Tierra gira alrededor del Sol, y no a la inversa como sostenían los teólogos más furibundos, aplica, como anillo al dedo, para el Tren Eléctrico Urbano de Guadalajara: “Eppur si muove” (y, sin embargo, se mueve).

-II-

La nota del viernes en EL INFORMADOR (pp. 1 y 2-A) podía haberse planteado a la manera de ciertos chistes clásicos: “Una buena y una mala”. La buena: que a partir del mes próximo comenzarán a circular dos trenes triples (no dobles, como los originales, que datan de hace 30 años… y no han aumentado ni crecido desde entonces) en la Línea 1 del Tren Eléctrico Urbano, con lo que se espera aumentar un 25% la capacidad de la misma. La mala, que en lo que ese portento se hace efectivo -y hay pretextos, por tanto, para cortar listones y lanzar cohetes-, una  auditoría de la actual administración al Sistema (Siteur) que lo opera, detectó -“¡’ai nomás!”, diría el pariente-… 320 anomalías.

Váyale sumando, señor: siete trenes, de doce que teóricamente operan en la ruta, no están disponibles: cuatro por siniestro y tres porque están sometidos a “mantenimiento mayor”; hay fallas constantes en las tarjetas electrónicas, y no hay refacciones en el mercado; en dos años no se han comprado refacciones ni se ha cubierto el programa de mantenimiento mayor; dos escaleras eléctricas y tres elevadores de la Estación Juárez están inhabilitados; las continuas filtraciones en el túnel (por lluvias o fugas en los sistemas hidrosanitarios) han causado daños a la estructura de concreto, a la catenaria (eléctrica) y a las vías. Etc, etc.

-III-

Eso, sólo en la Línea 1. Faltarían las deficiencias observadas en la Línea 2 y en los sistemas de Macrobús y Sitrén operados asimismo por Siteur…

Lo bueno -volvemos a los antiguos chistes- es que, aunque van en detrimento de la calidad del servicio y de la comodidad de los usuarios, ninguno de los desperfectos inventariados pone en peligro -¡ánimas santas…!- la seguridad ni la vida de aquéllos. Lo malo, que las deficiencias encontradas son, unas, hijas del uso intensivo, lo que es normal; y otras, de falta de mantenimiento: hijas, por tanto, de la negligencia… que sólo porque Dios es grande no ha llegado a lo criminal.

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