El Virrey marqués de Croix alcanzó la inmortalidad merced a una frase que incluyó en el bando con que anunció la expulsión de los jesuitas de la entonces Nueva España, en 1767: “De una vez, para lo venidero, deben saber los súbditos del gran monarca que ocupa el trono de España, que nacieron para callar y obedecer, y no para discutir ni opinar en los altos asuntos del gobierno”.Hay quien estima que la frase aplica para las implicaciones de la contingencia sanitaria, que tiene a la sociedad civil (el pueblo, le decían antes…) a expensas de las decisiones, tuertas o derechas, de la autoridad (el Gobierno, en la denominación original)…-II-Ayer, por ejemplo, se difundió la decisión de prolongar la emergencia sanitaria, para todos sus efectos, hasta el 31 de mayo (es decir, mes y medio más), y que, al menos hasta entonces, seguirán vigentes las recomendaciones relacionadas con el distanciamiento social, el trabajo a distancia y la suspensión de las actividades económicas “no esenciales”. También ayer se apuntó que, a tenor de ciertas proyecciones, cabría la esperanza de que para junio (es decir, dentro de dos meses) la Fase Tres de la epidemia habría llegado al pico, comenzaría el descenso de los contagios y podrían darse los primeros pasos para volver, gradualmente, a la normalidad: un proceso que algunos analistas vislumbran, desde una perspectiva que ellos mismos califican de “optimista”, para finales del año.-III-En Portugal -uno de los países europeos que han salido mejor librados de la epidemia… a pesar de los mil 200 kilómetros de frontera con España que ha sido, por contrapartida, uno de los más vapuleados por el virus-, al inicio de la crisis, Rui Rio, líder de la oposición, dirigió un mensaje al primer ministro Antonio Costa, en cuya parte medular asentaba: “Porque su suerte es nuestra suerte, cuente con nuestra colaboración; en todo lo que podamos, ayudaremos”.Aunque hay obvias diferencias entre la realidad política de México y Portugal, vale decir, en esa tesitura, que es pertinente acatar, en la medida de lo posible, las disposiciones de la autoridad orientadas a atenuar el impacto -sanitario y económico- de la epidemia. Pero, también, que es válido y es legítimo que las voces críticas con respecto a las decisiones gubernamentales relacionadas con el manejo de la contingencia se dejen oír, y que sería sano que tales opiniones fueran ponderadas… si hubiera oídos dispuestos a escucharlas.
