Siempre hay que pensar muy bien lo que se hace; pero cuando un error puede costar la vida -¡o muchas vidas…!-, con mayor razón.-II-Italia, ayer, fue el primer país de Europa en abrirse a la “nueva normalidad”. Había sido, previamente, el país del Viejo Continente que pagó, al elevado precio de vidas humanas, el costo más alto de la pandemia… La luz verde de las autoridades incluyó, por supuesto, vehementes recomendaciones a respetar las nuevas reglas de comportamiento individual y social dispuestas por las autoridades sanitarias. La respuesta ciudadana, en contra de las previsiones -y los temores- iniciales, se caracterizó por la prudencia. A diferencia de lo que sucedió en España, donde la autorización para pasar del confinamiento al gradual relajamiento de la cuarentena sirvió de pretexto para incurrir en excesos y desentenderse de medidas como el uso de cubre-bocas en la vía pública o el respeto de la “sana distancia”, en Italia, al parecer, hubo más cautela: negocios cuyos propietarios decidieron esperar unos días (especialmente los relacionados con el turismo, conscientes de que falta mucho tiempo para que la gente vuelva a viajar con el desparpajo de antaño); ciudadanos que entienden que el peligro de contagio no ha pasado, y prefieren anteponer la prudencia a la premura…-III-En México, donde las condiciones socioeconómicas de la mayoría de sus habitantes -más de 40% de los cuales viven en niveles de pobreza- invitarían a anticipar vísperas, la realidad ha sido que, en muchos de los llamados “municipios de la esperanza” (libres, hasta ahora, de contagios de covid-19), la anuencia -¿o invitación…?- del Gobierno federal a reanudar las actividades “productivas”, fue correspondida por las autoridades locales, en varias entidades, con un comedido “no, gracias”, por considerar que carecen de los recursos y eventualmente la capacidad hospitalaria necesarios para atender los contagios que pudieran presentarse.De los 269 municipios (de alrededor de dos mil 500 que hay en todo el país) “de la esperanza”, nueve se ubican en Jalisco: Valle de Juárez, Mazamitla, Concepción de Buenos Aires, Teocuitatlán, Zacoalco, Techaluta, Amacueca, Tapalpa y Tonaya. Hasta donde se quedó la película la semana pasada, al anunciarse la “Fase Cero” -preliminar a la vuelta gradual a la “nueva normalidad”-, habrá que asegurarse de que todo mundo entienda, acepte y aplique, libre y responsablemente, las modalidades de una interacción social que deberá modificarse, antes de abrir el huacal para que se salgan las gallinas.
