Todo viaje premia a quienes se animan a escapar de las rutas tradicionales para perseguir experiencias y sabores nuevos. Ejemplo de esto lo encontramos en Mérida, la capital yucateca que siempre tiene un nuevo tesoro para mostrarle al viajero curioso.Una joya para los sibaritas es el restaurante José Rosé, cuya carta de vinos está integrada completamente por rosados. No tintos ni blancos, solamente rosados.Sin embargo, el mundo del vino rosa es rico en tonos, aromas y sabores. Lejos de ser un caldo que acompañe únicamente los postres o sirva como digestivo, en José Rosé podemos explorar toda la riqueza sensorial que ofrecen.Desde vinos robustos con una nariz fuerte y largo final hasta otros más sutiles para acompañar los alimentos que aquí se ofrecen, los vinos rosas de la carta fueron seleccionados por la sommelier Cayetana Acosta y Alberto Nacif.Rosados provenientes de Chile, España, Francia, Italia y por supuesto México sobresalen en el menú. La carta ofrece también una colección de vinos espumosos y como variación cromática y sensorial un par de naranjas (ambos de viñedos mexicanos).Vale la pena mencionar que no todos (o son contados) los expertos en vino rosado, así que decidir por una copa o botella puede ser una misión compleja. Ante ese dilema, la buena noticia es que el personal del restaurante siempre tendrá una sugerencia que se ajuste al paladar o maridaje de los comensales.Aunque la curiosidad por explorar la carta de vinos rosas suele ser el principal imán de atracción, una agradable sorpresa es el menú de alimentos. Por un momento podríamos olvidar que estamos en Mérida ante la oferta de manjares emanados de la gastronomía francesa e italiana, aunque en los platos fuertes se asoma una interesante propuesta del recetario mexicano (siempre apoyado con ingredientes regionales). Como si se tratara de un campo de juegos para el paladar, José Rosé invita a probar el vino rosa, pero no es lo único en la carta de bebidas. También ofrece destilados, cocteles y una interesante selección de cerveza artesanal yucateca (Nicté) a la que bien vale echarle un ojo o mejor aún, un trago.No hay muchos bares o vinotecas en el país que centren su atención en el vino rosa y si los hay, se esconcen bien. José Rosé redondea la experiencia de sabores con una cuidada ambientación visual que envuelve al comensal en un ambiente que combina lo chic con el desenfado y si bien cuenta con terraza, se agradece durante estos meses que el interior ofrezca el servicio de aire acondicionado. También merecen mención detalles tan sencillos como el menú o el juego de colores en la decoración, así como los “ojos” que adornan desde la carta hasta diversos rincones del restaurante, una atracción más en una ciudad que tiene siempre algo para encantar al viajero.José Rosé se encuentra en la histórica Casona 333, joya arquitectónica de principios del siglo XX. La restauración de su interior procuró seguir fielmente la estructura original, preservando de esta manera su aspecto señorial de arquitectura porfirista. Al restaurante se suma una cafetería (por cierto, un muy buen café), jardín de eventos y terraza.SABER MÁSJosé Rosé. Dirección: Calle 60, entre calle 35 y Avenida Colón, Zona de Paseo Montejo. En Instagram: @joserosemxAbre todos los días a las 13:00 horas. Domingo a miércoles cierra a las 23:00 horas. Jueves a sábado a las 00:00 horas.
