Si bien los gatitos son expertos en hallar sitios cálidos y cómodos, es importante que sus cuidadores tomen precauciones para evitar que pasen frío o calor excesivo, pues son animales muy sensibles a los cambios de temperatura.Según María Besteiros, doctora en filología gallega, Asistente Técnica Veterinaria, peluquera canina y felina, la temperatura corporal normal de un gato oscila entre 38°C y 39,2°C. Esto puede ocurrir si el animal está enfermo, expuesto a temperaturas muy frías o si es un gatito pequeño sin una fuente de calor.En cambio, si supera los 39,5°C, se considera fiebre o hipertermia. La fiebre suele ser una respuesta del sistema inmunológico ante infecciones como panleucopenia o rinotraqueítis, mientras que la hipertermia ocurre cuando el gato no puede regular su temperatura debido a factores externos, como un golpe de calor.La única forma precisa de conocer la temperatura de un gato es mediante un termómetro rectal. A diferencia del mito popular, el estado de su nariz no es un indicador confiable. Para tomar la temperatura correctamente:Si la temperatura del gato está por encima o por debajo de los valores normales, puede indicar una condición de salud preocupante. Monitorear la temperatura de un gato es un aspecto clave para su salud. Ante cualquier alteración, ya sea fiebre o hipotermia, es recomendable actuar rápidamente y buscar atención veterinaria. Con el conocimiento adecuado y los cuidados necesarios, podemos garantizar el bienestar de nuestros felinos y responder de manera efectiva ante cualquier emergencia.*Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp. AO