La psicología del color estudia cómo los colores influyen en las emociones, decisiones y comportamientos humanos. Esta disciplina se aplica especialmente en marketing, diseño y publicidad, donde los colores se utilizan estratégicamente para provocar reacciones específicas en los consumidores. También se emplea en el diseño de espacios para fomentar estados de ánimo como la relajación, la productividad o la interacción social.Aunque no existe una relación científica concluyente entre los gustos personales por ciertos colores y rasgos de personalidad, sí se han identificado asociaciones comunes entre algunos colores y determinadas actitudes.Algunos tonos, aunque elegantes en ciertos contextos, pueden transmitir una imagen de neutralidad excesiva o falta de carácter:Gris: percibido como neutro y apagado, puede dar la impresión de conformismo o falta de vitalidad si se usa en exceso. Aunque es símbolo de elegancia, también puede proyectar frialdad o monotonía.Beige y tonos neutros claros: vinculados a la estabilidad y lo tradicional, sugieren una personalidad conservadora y poco propensa al cambio. Pantone lo describe como un color “que no ofende pero tampoco inspira”.Blanco: aunque se asocia con limpieza y elegancia, su uso dominante puede parecer impersonal o emocionalmente neutro, generando una sensación de vacío.Por otro lado, ciertos colores tienden a proyectar energía, seguridad y atractivo, haciendo que las personas destaquen:Rojo: color cálido que simboliza pasión, fuerza y dinamismo. Según estudios, capta la atención y aumenta la atracción, por lo que es ideal para destacar en situaciones sociales.Amarillo: asociado con la alegría y el optimismo. Estimula emociones positivas, aunque en exceso puede resultar agotador visualmente.Naranja: combina la energía del rojo con la luminosidad del amarillo. Favorece una apariencia saludable y vital, y puede realzar la piel. Colores fríos como el azul, en cambio, suelen resaltar ojos y tez clara.SV