Aunque la lluvia puede ser vista por algunos como un momento de calma, para muchas personas representa todo lo contrario: un descenso en la energía, apatía o incluso tristeza sin causa aparente. Pero ¿qué hay detrás de este cambio emocional? La ciencia ofrece algunas explicaciones.Uno de los principales factores que explican el bajón anímico en días lluviosos es la reducción de la luz solar. Cuando el cielo está cubierto por nubes, disminuye la exposición a la luz natural, lo que puede alterar el funcionamiento del reloj biológico interno o ritmo circadiano.La luz solar estimula la producción de serotonina, un neurotransmisor asociado con el bienestar y el equilibrio emocional. Al haber menos luz, se produce menos serotonina, lo cual puede provocar desánimo, irritabilidad o fatiga.Además de la serotonina, los días nublados y oscuros favorecen la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño. Aunque es esencial para dormir bien, un exceso durante el día puede generar somnolencia y sensación de letargo, lo que contribuye a esa “pesadez emocional” que muchas personas experimentan cuando llueve.La lluvia puede alterar nuestras actividades cotidianas: se cancelan planes al aire libre, se complica el tránsito y, en general, se pasa más tiempo en casa. Esta modificación en la rutina puede generar frustración, aburrimiento o aislamiento, especialmente en personas propensas a la ansiedad o la depresión.También influye el entorno físico: los colores apagados del cielo, la falta de luz y el sonido constante del agua pueden generar un ambiente más introspectivo o melancólico.En algunos casos, el impacto del clima en el estado de ánimo es más que una simple molestia. Existe un diagnóstico conocido como trastorno afectivo estacional (TAE), una forma de depresión que se presenta con mayor frecuencia durante el otoño e invierno, o en regiones donde la luz solar es escasa durante largos períodos.Aunque el TAE es más común en países con inviernos largos y oscuros, algunas personas pueden experimentar síntomas similares durante temporadas prolongadas de lluvia o baja luminosidad.Si notas que la lluvia afecta tu ánimo con frecuencia, existen algunas estrategias útiles:La relación entre clima y emociones es real, pero también se puede manejar con pequeñas acciones diarias. Reconocer cómo te afecta el entorno es el primer paso para cuidarte emocionalmente, incluso en medio de la tormenta.BB