Cuando inició la pandemia de COVID-19 en Jalisco, Juan Manuel Ulloa, de 71 años, cerró el local de material eléctrico y ferretería que tiene en la calle Industria #24, en la colonia San Juan de Dios: “Electro Comercial Industria”.Los focos, enchufes, cables y apagadores que cuelgan de los estantes no vieron la luz durante mes y medio. Y no porque se lo hayan pedido, pues su negocio se encontraba entre los esenciales, sino porque todos los locales de alrededor lo hicieron y temía por su seguridad. Y, aunque ya abrió, indicó que “si vuelven a cerrar todo, esto se acaba”.Hoy, Juan Manuel atiende a los pocos clientes que van. La mayoría son electricistas, de negocios aledaños y de zonas como el Centro Joyero y San Juan de Dios. Sin embargo, apenas está recuperando sus ventas, que alcanzan sólo 40% de lo que vendía antes.Además, debe cubrir la renta, agua, luz y teléfono, lo que suma entre 25 y 30 mil pesos al mes. “Tengo la ventaja de que no pago empleados fijos (sus familiares le ayudan), pero de todos modos le tengo que dar algo a mi hijo”, dijo.Tras 50 años en el negocio, y en medio de una crisis económica provocada por la pandemia, se mantiene “con la esperanza de que mejore esto, que en lugar de exigir cerrar haya más movimiento para poder subsistir”.