La Selección Mexicana se juega más que un triunfo en su amistoso de este martes ante Turquía: se juega la confianza, la credibilidad y la reacción futbolística tras el duro golpe que significó la goleada 4-2 sufrida ante Suiza el pasado sábado. El encuentro, que se disputará a las 19:00 horas en el Kenan Memorial Stadium, en Chapel Hill, Carolina del Norte, será el último ensayo del Tricolor antes de su debut en la Copa Oro 2025.El ambiente en esta sede ha sido frío, literal y emocionalmente. La llegada del combinado nacional a su hotel de concentración la noche del domingo fue desoladora: ni un solo aficionado los recibió, algo poco común en territorio estadounidense, donde México suele jugar como local en las gradas. Un síntoma del desencanto que arrastra el equipo tras su pobre desempeño ante los suizos, pero también en los últimos años.Para este duelo, el cuerpo técnico encabezado por Javier Aguirre alista varias modificaciones. Luis Ángel Malagón entrará al arco por “Tala” Rangel; en defensa se prevén los ingresos de Israel Reyes y Jesús Gallardo, mientras que en el mediocampo y ataque podrían tener acción Alexis Vega y Marcel Ruiz. Quien está prácticamente descartado es Johan Vásquez, aún con molestias musculares.Pero más allá de nombres, lo que urge es una mejor coordinación defensiva, mayor presión en medio campo y mayor contundencia. México fue ampliamente superado por Suiza y las dudas crecieron en torno al funcionamiento colectivo del equipo.El rival, Turquía, llega en mejor forma tras vencer 2-1 a Estados Unidos. Con figuras jóvenes como Arda Güler del Real Madrid, los otomanos ofrecerán una exigente prueba. Si bien es un duelo inédito entre ambas selecciones, los turcos tienen argumentos para complicar al Tri.Para México, el partido representa una última oportunidad de corregir errores, ajustar su parado táctico y, sobre todo, llegar con mejores sensaciones al debut del próximo viernes en la Copa Oro ante República Dominicana. Más que ganar, el Tricolor necesita volver a creer en sí mismo.SV
