Jueves, 18 de Abril 2024

Retrato de la violencia a través de la literatura

A través de una narrativa clara y contundente, Mónica Ojeda denuncia lo complicado de la vida contemporánea

Por: El Informador

Mónica Ojeda Franco. La escritura como ejercicio para contar la vulnerabilidad y fragilidad actual.

Mónica Ojeda Franco. La escritura como ejercicio para contar la vulnerabilidad y fragilidad actual.

Abordar la violencia y sus múltiples contextos desde la literatura y desde la voz femenina, han sido claves en la consagración de Mónica Ojeda Franco como una de las escritoras que marcan tendencia y nuevos diálogos en la narrativa contemporánea hispanohablante.

Originaria de Ecuador y radicada actualmente en España, Mónica Ojeda comienza a explorar nuevos territorios lectores con la publicación que la editorial Almadía hace de “Nefando”, novela lanzada en España desde 2016 y que finalmente llega a México para presentar una literatura donde la autora propone en un vaivén de personajes siniestros y oscuros que conviven entre la violencia y el abuso.

“Son textos que tratan de reproducir o incluso que investigan experiencias realmente extremas emocionalmente, pero también físicas. Con cada libro me propongo llegar hasta el fondo de una idea, de ir a esa oscuridad. Los temas que trato tienen que ver con la violencia y con el miedo, vulnerabilidad y fragilidad, son libros intensos, que buscan esa experiencia pero a través de un lenguaje sumamente delicado y poético”.

Aunque Mónica Ojeda no ha tenido presencia física en México, la escritora confía que conforme la pandemia lo permita, sea posible un futuro encuentro con sus nuevos lectores que también pueden descubrir el por qué la ecuatoriana es considerada como la pionera del “gótico andino”, como lo refleja en su último libro “Las voladoras”, su primer compilado de cuentos -publicado por la editorial Páginas de Espuma- que parten desde el misticismo y la geografía de las leyendas del pueblo ecuatoriano Mira.

“‘Las voladoras’ son relatos que cultivan lo que he querido llamar el gótico andino, porque tiene que ver con el miedo y la violencia, pero pensadas geográficamente a partir de la zona andina de Ecuador y de cómo esta zona está construida a través de mitos y símbolos muy específicos que se desarrollan en esos volcanes, páramos, valles y ciudades”.

Mónica Ojeda describe a “Las voladoras” como un ejercicio que mezcla las narraciones orales y la contemporaneidad para abordar temáticas como los feminicidios, violencia intrafamiliar, el incesto y el aborto, dando prioridad a que sus protagónicos sean mujeres, y dejando en claro que para hablar de la violencia no existen formas ni tiempos determinados.

“Creo que no hay una única manera de tratar la violencia en la literatura, no hay una normativa sobre cómo hacerlo. Cuando trabajabas en estos temas siempre te tienes que preguntar de qué manera puedes hacerlo para mantener un proyecto ético, eso ciertamente lo es, porque si hablas de temas que tratan de daños que se producen en la realidad, no puedes no preguntarte esto cuando haces ficción. Mi proyecto de escritura tiene que ver con trabajar la violencia desde una zona visceral, exponer un fondo muy oscuro y difícil, ese es el reto que afronto”.

A través de “Mandíbula”, publicada en 2018, obra finalista de la Bienal de Novela Vargas Llosa y que le valió para ser incluida en la última lista de “Bogotá 39” como una de las escritoras más relevantes, Mónica Ojeda ha ido reafirmando los intereses que la llevan a escribir desde las entrañas del terror, pero no desde la clásica fantasía, sino desde la crudeza de la realidad violenta que dentro y fuera del hogar viven las mujeres en lo emocional, psicológico y social, factores que también le han significado una lucha para encontrar espacios de publicación.

“Cuando estaba viendo en Ecuador quise publicar ‘Nefando’ y varias editoriales me pidieron algo más suave, me dijeron que estaba bien escrito, pero que era ‘difícil y duro’, preguntaban si tenía algo más suave, pero decía que no, que esto es lo que es (…) creo que las mujeres siempre hemos escrito sobre violencia, hay muchos ejemplos de escritoras latinoamericanas de principios de siglo XX que escribieron textos fortísimos como en México lo hizo Inés Arredondo”.

JL

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