Entre las deudas que la historia mexicana tiene en su memoria, figura Matilde Montoya, quien fue la primera mujer médica en México que marcó por mucho el camino profesional de las mujeres hacia la ciencia, el estudio, la medicina y hacia el quehacer social femenino.Al conocer parte de su historia y de los logros que marcó en aquel México del siglo XIX, el escritor Carlos Pascual quedó fascinado no sólo por la inteligencia que Matilde Montoya -nacida en 1857- mostró desde su infancia, sino por cómo logró destacar ante un sistema social que limitaba las aspiraciones de las mujeres en el desarrollo académico y profesional.Tras siete años de investigación y lecturas médicas, Carlos Pascual presenta “Matilde”, obra literaria que a modo de novela histórica (Editorial Grijalbo), relata las andanzas de quien fuera la primera médica mexicana, de esa mujer que logró titularse en 1887 tras una compleja travesía para concluir sus estudios.“Una de las cosas que me cimbró, y esa frase viene en la contraportada del libro, fue una publicación que se hizo de ella en un periódico de Puebla, muy en contra de Matilde Montoya, en donde decía al final de la nota: ‘cuán perversa no es esta mujer, Matilde Montoya, que es capaz de querer estudiar medicina con tal de ver hombres desnudos’. Eso te da una idea del panorama al cual se enfrentó”.En entrevista, Carlos Pascual recuerda cómo acrecentó su interés por la vida de Matilde Montoya después de que su tío, el reconocido urólogo Carlos Pascual Góngora, le compartiera una semblanza sobre la carrera académica y profesional de esta médica, por lo que decidió escarbar en la memoria profesional, histórica y social de la medicina y la ciencia mexicana.“Es un arco histórico sensacional. Ella nace antes de la presidencia de Benito Juárez, vive su presidencia, la República restaurada, el Porfiriato, la Revolución, a Carranza, a Plutarco Elías Calles y muere hasta con Lázaro Cárdenas. Eso te da una idea del abanico histórico que le toca vivir”.Aunque la vida de Matilde Montoya parezca lejana y se sobreentienda que a ella evidentemente le tocó lidiar con los estigmas de su época, Carlos Pascual coincide en que las penas y los prejuicios que cargó se acercan a la realidad que aún hoy muchas mujeres enfrentan, al recordar los episodios de agresiones que el personal médico, y en particular mujeres enfermeras y médicas, experimentaron ante el rechazo de vecinos y ciudadanía en general que las condenaron y agredieron físicamente -expulsándolas de sus entornos de vivienda hasta lesiones con cloro- a raíz de la pandemia por COVID-19, pues a Matilde Montoya también le tocaron circunstancias similares por su profesión.JL
