Cuando todo falle, consulte el instructivo
Cuando todo falle consulte el instructivo, dice la máxima del buen mexicano. A diferencia de los anglosajones o japoneses, un mexicano jamás lee un instructivo antes de echar a andar el juguete nuevo. Todos sabemos de todo, y el instructivo no es sino una guía para verificar, post mortem, qué fue lo que falló.
Político que se respeta no pregunta, y aún menos si ese político tiene un gran respaldo popular. La gente los eligió, creen ellos, por su gran sabiduría, no porque estuvieran hartos del gobierno anterior. López Obrador no necesitaba preguntar, mucho menos escuchar la crítica de los expertos. Él, en su inmensa bondad y sabiduría, sabía lo que el pueblo quería y lo que el país necesitaba.
Con la varita mágica del poder cambió todo lo que quiso, pero, maldita suerte, se interpuso la realidad: la economía no crece. La primera excusa fue que en todo primer año de Gobierno la economía se ralentiza. Luego vino la pandemia; nada qué hacer. Pasó el COVID y la economía no se recuperó, no hubo rebote porque el balón estaba desinflado. El crecimiento de los últimos años de sexenio fue tan mediocre que se convirtió en el peor desde el de Miguel de la Madrid: 5.5 por ciento en seis años, un promedio de 0.8 por ciento anual.
El primer año de Claudia Sheinbaum cerrará con un crecimiento pírrico, más cercano al cero que al uno y el próximo año tampoco promete demasiado, de acuerdo con los pronósticos de organismos internacionales y nacionales. A alguien en el gabinete, al parecer al secretario de Hacienda, Edgar Amador, se le ocurrió consultar el instructivo que dice claramente en la página uno que para crecer hay que invertir, el equivalente al “antes de comenzar asegúrese de que el aparato esté conectado”.
La inversión tiene dos fuentes: la pública y la privada. Si el Gobierno no tiene dinero, solo queda una salida: alentar la inversión de particulares. Pero resulta que la iniciativa privada no tiene confianza, así que pasamos a la página dos del manual que dice: si el aparato se congela y no da ni para atrás ni para adelante presione simultáneamente las teclas ctrl+alt+del y reinicie el equipo. A continuación, seleccione en su pantalla la opción restaurar y como por arte de magia quedará reinstalada la mafia del poder, sentada al lado de la Presidenta, lista para invertir lo que no ha invertido en los últimos años.
¿Qué les ofreció la Presidenta al Consejo de Inversión? Lo que siempre ha tenido la mafia del poder: derecho de picaporte. Qué importa que no exista seguridad jurídica, que el Poder Judicial sea un desastre (o si se prefiere, que siga siendo un desastre), que no existan organismos reguladores autónomos, si podemos arreglar todo directamente con la Presidenta.
Nota del instructivo: cualquier parecido con el pasado corrupto es mera coincidencia.