Ideas

Poder y embriaguez

Dicen que para saber cómo es realmente una persona, basta que se emborrache y se le dé poder. De alguna manera aflora el verdadero yo, pues el poder es una embriaguez que hace perder el piso y la proporción correcta de la realidad. Y, sobre todo, se tienden a hacer muchas cosas que, sin sus efectos, de plano no se harían.

Es muy importante la personalidad y la estructura del carácter para soportar la tentación de sentirse superior y capaz de hacer cualquier cosa con el simple hecho de sentirse que tiene el deseo y las ganas de hacerlo.

Por eso se relaciona con la idea de que el ego se sube sobre un ladrillo y ya se cree capaz de todo lo que le venga en gana.

Y peor aún, cuando la gente a tu alrededor te lo hace creer y hasta te lo refuerzan con curiosas referencias, como aquella de: ¿Qué horas son? las que usted quiera, le responden sin chistar.

Y es que la deformación de la realidad también comienza en los allegados y colaboradores que, con tal de adular, son capaces de lograr cualquier distorsión de los hechos para darle gusto al patrón y no hacerlo enojar. Pero esa manipulación del entorno reafirma la borrachera del que ahora se cree todo poderoso y manda ejecutar órdenes y proyectos, poco viables, pero que de alguna manera se tienen que realizar para complacer los caprichos del “jefe”.

En realidad es difícil pronosticar qué va a hacer una persona cuando se le pasan las copas o cuando ya tiene el poder en las manos. Pero eso sí, ya que sucede, tenemos más certeza de lo que irá aconteciendo con los tragos de poder que la realidad les va otorgando.

Lo que sí sabemos es que si sus visiones previas al poder y al alcohol ya son impulsivas, caprichosas, fantasiosas, engreídas, prepotentes o lo que ya sobresalga de su perfil de personalidad. Se van a agravar y muy probablemente a empeorar.

Ya hemos señalado la importancia de un examen de salud mental, para todos aquellos que aspiran a cargos de Gobierno con una responsabilidad importante. Pues la higiene mental es un blindaje indispensable en contra de las barbaridades que ya se pueden realizar con la toxicidad que también traer el poder.

Una persona que ya de por sí es egoísta y ambiciosa, corrupta y prepotente, antes de tener más poder, sin duda lo utilizará para su beneficio y explotará todas las oportunidades a su alcance para lograr su codicia.

El ideal del poder es para el beneficio de todos, para alcanzar mayor bienestar. Pero en manos de gente insana, de seguro será utilizado para cumplir con toda clase de caprichos y maldades.

Pues ya veremos qué hacen con más poder los próximos funcionarios y políticos que tomarán sus cargos.

Pueden surgir sorpresas y mostrarnos que no se emborrachan ni con alcohol ni con el poder que van a recibir.

Pero sí los hace perder la conciencia. “Aguas”.

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