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“La señora tiene dinero”

Nunca es fácil administrar las contradicciones. Mucho menos aceptar que todos somos eso: un manojo de contradicciones que se acumulan con el tiempo. Si para los mortales es difícil lidiar con esa imagen de nosotros mismos, para los políticos es una tortura. El presidente lo dijo con amargura: “En el asunto del matrimonio ahí está complicado meterse. Ellos se casaron y al parecer la señora tiene dinero”. Su hijo no vive como él hubiera querido y al parecer tampoco con quien él hubiera querido, pues llamarle “la señora” a su nuera Carolyn Adams es profundamente despectivo.

Si bien hasta ahora no se ha probado el vínculo directo entre el dinero de su hijo y su nuera con negocios en el gobierno mexicano (ahí hay un buen trabajo para la UIF), las fechas entre el último contrato por 85 millones de dólares entre Pemex y la empresa petrolera Baker Hughes, para la cual trabaja “la señora”, y la mudanza de la pareja a la casa en Houston que era propiedad de un alto directivo de esa empresa, es demasiada coincidencia. Pero vamos a admitir que hasta ahora no se ha probado fehacientemente que se trate de corrupción, el problema está en otro lado, en la descalificación, voluntaria o involuntaria, que hacen los hijos a la pretendida superioridad moral del movimiento lopezobradorista. 

Aun suponiendo que todo el dinero es derecho y bien habido, la forma de vivir de José Ramón López Beltrán y Carolyn Adams representa justo lo contrario de lo que predica el presidente. Fifí, conservador, hipócrita, clasemediero, materialista, aspiracionista, todos los calificativos que el presidente ha endilgado a quien él llama sus adversarios se actualizan en la forma de vida de su hijo y su nuera.

Pero no es la primera vez que esto sucede. Hace once años, meses antes de la campaña de 2012, “Andy”, el hijo  que lleva el mismo nombre que su padre, se presentó a un mitin de la izquierda con unos tenis de 800 dólares. Nada tiene de ilegal gastarse el dinero en lo que cada persona puede y quiere, otra vez, el asunto es la contradicción: a los hijos del presidente nos les gusta vivir como dice el presidente.

El lado débil de cualquier político son los hijos. No es extraño que los escándalos surjan desde la familia, la esposa de Peña, la hija de Fox, el hermano de Zedillo, el hermano de Salinas, el hijo de López Portillo, etcétera. El control de daños no será sencillo: el misil llamado “la señora tiene dinero” pegó por debajo de la línea de flotación, ahí donde la credibilidad hace agua.

diego.petersen@informador.com.mx

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