Ideas

Hombres con depresión

La depresión es silenciosa, pero cuando la padecen los varones pareciera muda. Don Fernando tenía meses enfermándose, cuando no le dolía una cosa era otra, siempre se sentía mal de algo. Su esposa, que es médica, lo notó; lo había estado atendiendo de sus dolencias, hasta que un día le dijo: “lo que tú tienes es emocional, necesitas ir a terapia. Si no quieres platicar conmigo lo que traes, háblalo con un especialista”. Y le pasó los datos de una psicóloga.

“Tenía depresión y no sabía”, me compartió el hombre de 67 años. “Hay cosas que nunca había hablado y no sabía cómo me habían estado afectando, hasta que empecé a ir a terapia”.

Existe un gran estigma sobre la depresión, pero este es un trastorno mental más común de lo que pudiéramos pensar. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que 5% de los adultos en el mundo padecen depresión. Y aunque afecta más a la mujer que al hombre, los modelos de masculinidad tradicionales -donde el varón es estoico, ecuánime y se contiene- hacen que identificar y diagnosticar este padecimiento sea más complicado. El hombre puede pasar meses o años padeciéndolo, en silencio.

A diferencia de las mujeres, que comúnmente platicamos de cómo nos sentimos y hasta analizamos distintos escenarios ante una misma situación, los varones no suelen hablar de sus sentimientos. La terrible frase “los niños no lloran” puede ser un claro ejemplo de cómo, desde la infancia, a los hombres se les restringe la forma de expresar sus emociones.

Quizás de ahí que, desde una perspectiva de género, la depresión pueda manifestarse de una forma distinta entre unas y otros; en las mujeres puede ser evidente en su estado de ánimo, y en los hombres a través de malestares físicos, abuso de sustancias (alcohol o drogas) o como estrés.

Don Fernando un día amaneció todo contracturado, dice que particularmente le dolía la espalda, los hombros y el cuello, no podía ni moverse. Lo atribuyó precisamente al estrés. Ahora, como parte del tratamiento, la psicóloga le indicó empezar a hacer ejercicio o salir a caminar; también le sugirió que fuera a darse un masaje relajante. “Nunca había ido a que me dieran un masaje, pero el día que amanecí todo torcido, la psicóloga me dijo que todo era pura tensión y que el masaje me ayudaría”, me contó. 

La depresión es una enfermedad que afecta los pensamientos, el estado de ánimo y la salud de tu cuerpo; distorsiona tu forma de percibir el mundo y de cómo te ves a ti mismo, que veas con apatía aquello que antes te hacía feliz, con indiferencia aquel que te emocionaba. La ayuda profesional es fundamental.

“No he llorado, eso no he podido. No sé por qué. Pero ya me siento mejor, veo la vida diferente”, dijo como para sí don Fernando, mientras fijaba la vista al frente, en la nada.

La depresión no es signo de debilidad y, en el caso de los hombres, no significa falta de hombría. Buscar ayuda es, al contrario, un acto de valentía. Don Fernando dice orgulloso que ahora también a sus hijos les aconsejó ir a terapia.

Instagram: vania.dedios

Temas

Sigue navegando