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El conflicto exhibe a las autoridades

Desde hace 22 días —15 de mayo— los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) —por motivos de todos conocidos— mantienen el paro de labores a nivel nacional y un plantón en el Zócalo capitalino, además de bloquear las avenidas más importantes —de mayor tráfico— en la Ciudad de México.

Ante la negativa de aceptar los ofrecimientos del Gobierno federal, los maestros continúan aferrados en sus peticiones —en algunos casos imposibles de atender, como es el caso del aumento de salario del 100 por ciento—. Ayer continuaban las pláticas en la Secretaría de Gobernación, donde, al margen de la reunión al interior del recinto, en el exterior hubo una riña con sujetos —con palo y piedras en mano— que, cubriéndose el rostro, intentaban abrir uno de los accesos del edificio, quienes fueron repelidos con extintores por personal de seguridad.

Los agresores —por lo menos una docena—, quienes se quisieron identificar como maestros de la Coordinadora, fueron desmentidos y acusados por algunos profesores, quienes los denunciaron como “infiltrados” que “buscan reventar el diálogo”, preguntando por qué se cubrían el rostro.

Al final, fueron disuadidos, pero causaron daños a una reja, rompieron algunos vidrios y dañaron dos automóviles. Ah, y no hubo detenidos.

Resulta paradójico que, siendo la Secretaría de Gobernación la que —según reza en la misma página del Gobierno de México— “... se encarga de la gobernabilidad democrática, la paz pública y el desarrollo político…”, no puede hacerse respetar y aplicar la ley para detener a los responsables de agredir sus instalaciones y romper el orden público. La misma descripción de Gobernación señala que “... trabaja para fomentar la convivencia armónica”, pero no cuando la agreden —causando destrozos— con palos y piedras; no se puede responder con “armonía”, sino aplicando la ley en toda la extensión de la palabra.

Y volvemos a insistir, lo mismo sucede con los bloqueos en las principales arterias capitalinas y, lo más grave, el parar labores en casi 20 mil escuelas en el país, dejando a más de 1.5 millones de estudiantes sin clases. ¿Dónde está la autoridad? La única conclusión es que el conflicto laboral ya superó y exhibe a la autoridad.

Usted, ¿qué opina?

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