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El Mayo: 7 sexenios impune

Era tanta su sensación de impunidad por nunca haber sido detenido por la red de complicidades gubernamentales y policiales que tejió, que Ismael “El Mayo” Zambada se dio el lujo de dar dos entrevistas: una al entonces director fundador de la revista Proceso, Julio Scherer García, en 2010, y la más reciente, en 2021, a Diego Enrique Osorno.

A Scherer le dijo que, si algún día lo atrapaban o lo mataban, nada cambiaría porque en México “el narco está en la sociedad, arraigado como la corrupción”. Ayer, al declararse culpable ante un juzgado de Nueva York, en Estados Unidos, Zambada refrendó esa línea discursiva al admitir que, desde 1980, cuando empezó su carrera criminal, sobornó a políticos, policías y militares mexicanos para que lo dejaran operar libremente en el país.

Su declaratoria de culpabilidad, para evitar ser sentenciado a la pena de muerte, se da luego de un año de la traición de Joaquín Guzmán López, hijo de su compadre Joaquín “El Chapo” Guzmán, con quien fundó el cártel de Sinaloa.

Aquella trampa del 25 de julio de 2024 habla también de la facilidad que tenía para moverse en Culiacán, adonde acudió a una casa de campo para supuestamente arreglar las diferencias que tenían el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, con el diputado local electo Gabino Cué, ya que ambos, en su calidad de exrectores de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), se disputaban el control político de esa casa de estudios.

Aquel día, “El Mayo” llegó al punto de reunión escoltado por un comandante en activo de la Policía Judicial de Sinaloa, que sigue desaparecido, y ahí mismo fue asesinado Cué. La Fiscalía de Sinaloa quiso ocultar ese homicidio, inventando la historia de un supuesto asalto en una gasolinera, que luego fue desmentida por el abogado de Zambada. Esa mentira sigue impune, al igual que la presunta participación del gobernador de Sinaloa en la reunión en la que raptaron al Mayo para llevarlo sometido en un avión a Estados Unidos.

A más de un año de distancia de esa extracción forzada de Zambada, y en el contexto de que el gobierno de Estados Unidos, tanto cuando estaba encabezado por Joe Biden como ahora por Donald Trump, no ha respondido las peticiones de información del gobierno mexicano sobre lo ocurrido con “El Mayo”, es claro que la traición de “Los Chapitos” estuvo operada por una agencia antidrogas estadounidense para capturar al capo de capos que jamás fue detenido en México, pese a sus más de 40 años de vida delictiva.

Las declaraciones de ayer de Zambada ante el juzgado estadounidense no hacen más que reforzar la narrativa de Donald Trump en el sentido de que hay autoridades en México que mantienen relaciones de complicidad con el narco y afectan a su país. Habrá que ver qué hace Trump y su gobierno con las historias que El Mayo les contó para explicarles por qué nunca fue atrapado en México a lo largo de más de 40 años y siete sexenios de presidentes del PRI, PAN y Morena.

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