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Dos fantasmas recorren México

Dos fantasmas recorren México en este momento provocando cambios sociales y políticos de gran envergadura: uno es el movimiento MeToo México y el otro el movimiento obrero 20/32 que nació en Matamoros.

No me siento capaz, ni creo prudente hablar del primero más que situarme desde la autocrítica y aprender en silencio: toca creer los testimonios, limpiar la mierda que hemos regado, hacer autocrítica, reeducarnos, en silencio, sin estorbar este poderoso movimiento de mujeres que nos está exhibiendo, atemorizando, desnudando nuestra esencia patriarcal y machista.

Del movimiento obrero 20/32 ya había escrito acerca de su nacimiento y de su viralización entre la clase obrera de Matamoros y luego por otras regiones del país (“Nuevo ciclo de luchas obreras”, EL INFORMADOR, 2 de marzo de 2019).

Pero poco se ha hablado de cómo este movimiento está generando absurdas reacciones de rechazo entre la clase patronal, gobernantes y la prensa económica.

El crecimiento y extensión del movimiento obrero surgido en Tamaulipas, se ha estigmatizado y se le ha demonizado.

El fantasma del movimiento obrero que hace “paros locos” y “rapa a las empresas” se puso a consideración en una conferencia nacional de Secretarios de Trabajo, según el titular de esta dependencia en Querétaro, José Luis Aguilera Rico. “El caso de Tamaulipas que ha llamado poderosamente la atención de cómo abogados externos, abogadas que se meten en situaciones laborales sin ser abogadas laboralistas, el tema del paro loco es sin huelga, sin emplazamiento, sin sindicato, simplemente se salen a la calle a rapar una empresa eso es lo que no estaremos permitiendo los secretarios del trabajo a nivel nacional”, dijo (El Economista, 17 de marzo de 2019). Los sindicatos patronales, como Coparmex y la Industria Nacional de Exportación, han señalado que gracias a esta movilización obrera, hay pérdidas económicas, desaceleración de la inversión y pérdida de empleos.

Aquí en Jalisco, el gobernador se refirió a este movimiento en una reunión convocada por la CROC con líderes empresariales y dijo que el Estado “debe de ser un ejemplo nacional de cómo cerrar filas entre trabajadores y empresarios, y por supuesto Gobierno, para que Jalisco tenga estabilidad y paz laboral”, dijo.

Todos estos actores cuestionan al movimiento 20/32 y hablan de sus riesgos cuando, contrario a lo que sostienen, ha conseguido más por la clase obrera mexicana que lo que hizo el sindicalismo charro en 30 años de política laboral neoliberal.

En Tamaulipas, cerca de 100 mil trabajadores aumentaron sustancialmente su nivel de vida al lograr el aumento de 20% al salario y el bono de 32 mil pesos. Eso gracias a persistir en parar y hacer huelga en sus empresas, y arrastrando a los líderes charros a seguirlos. Desde el Gobierno, los líderes charros y agrupaciones empresariales se demoniza al fantasma de este ciclo de luchas obreras, pero gracias a esas luchas, miles de trabajadores han mejorado sus vidas.

La aparición de estos fantasmas, el movimiento feminista MeToo y el movimiento obrero 20/32, están cambiando vidas en concreto y cimbrado las viejas estructuras de la dominación y la explotación. Mucho más que lo que se consigue en los canales tradicionales e institucionales.

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