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Vote por el papá de…

La carcajada se escuchó de Mérida a Ensenada. Los altos techos del nuevo aeropuerto ayudaron a amplificar la risa y la noticia: Antonio Pérez Garibay quiere ser candidato a presidente de la República. ¿Quién? El papá de Checo.

El señor Pérez Garibay tiene todo el derecho a aspirar a ser candidato a presidente, nomás faltaba. El derecho nadie se lo quita, como tampoco a soñar con ir a la luna o a un crucero al Caribe, o aunque sea a Acapulco.

La novedad está en otra parte. Hemos visto a muchos aspirar a ser candidatos por el simple hecho de ser “hijos de”. Son los llamados cachorros de la política, unos mejores que otros, pocos con méritos propios. Uno de ellos es nada menos que Luis Donaldo Colosio. Su padre fue asesinado un 23 de marzo hace 28 años y hoy, siendo alcalde de Monterrey es el candidato mejor posicionado de la oposición, más por el nombre que lleva que por lo que ha hecho. 

El diputado morenista Antonio Pérez Garibay es el primero que aspira a ser candidato colgándose del nombre de su hijo. Va por la vida presentándose como el papá de Checo y con eso le basta.

Lo que realmente busca Antonio Pérez es ser candidato de Morena, pero al gobierno de Jalisco. Alguien lo convenció de que había que tirarle a la grande para sacar reintegro

Las grandes virtudes de este novel, aunque no joven, político jalisciense son la tenacidad y el oportunismo. Sabe luchar por lo que quiere y colarse a la foto, meterse a los círculos sociales y políticos. Sabe estar donde hay que estar y hacer que lo vean. En política no tiene experiencia alguna. Fue candidato a alcalde de Guadalajara en 2015 por Nueva Alianza, el partido de la maestra: sacó 1.65% de la votación. Luego candidato a senador en segunda fórmula por Morena. También fue derrotado. El premio de consolación vino después, en 2021, cuando se convirtió en diputado plurinominal por la primera circunscripción. Como legislador no ha brillado. Es parte del Bronx de la Cámara, de los que importan sólo cuando hay que echar montón. Lo que sí sabe es dar la nota, hacerse notar de entre el resto de los que tampoco importan por sus extravagancias, como llegar a la inauguración del aeropuerto Felipe Ángeles en helicóptero y decir cosas para que lo volteen a ver.

Lo que realmente busca Antonio Pérez es ser candidato de Morena, pero al gobierno de Jalisco. Alguien lo convenció de que había que tirarle a la grande para sacar reintegro. No le importa hacer el ridículo. Claramente no tienen ninguna posibilidad de convertirse en candidato a la presidencia, pero paradójicamente, ante la falta de personalidades políticas entre los morenistas jaliscienses, ser papá de Checo y haber saludado al presidente de mano algunas veces basta para meterlo en la pelea.

diego.petersen@informador.com.mx
 

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