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Lady Dato Protegido o el tiro por la culata

30 de 30. “Te pido una disculpa, Dato Protegido, por el mensaje que estuvo cargado de violencia simbólica, psicológica, por interpósita persona, digital, mediática y análoga, así como de discriminación, basado en estereotipos de género. Esto perjudicó tus derechos político- electorales porque minimizó tus capacidades y trayectoria política”. Ayer fue el último día de publicación de este absurdo mensaje por parte de la ciudadana Karla Estrella ordenado por una no menos absurda sentencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. 

Acusada de violencia política en razón de genero por haber dicho que la diputada Diana Karina Barreras (que en el texto aparece como Dato Protegido) no tenía más mérito que ser esposa de quien es, lo cual, dicho sea de paso, quedó clarísimo por la manera en que su marido, Sergio Gutiérrez Luna, macho al fin, salió a defender a su esposa en lugar de dejar que ella se defendiera sola y demostrara que efectivamente tenía argumentos para ser diputada.

A la pareja diputacional le salió carísimo el desplante de poder. Quisieron someter a una ciudadana y obligarla a que se humillara y lo que terminó pasando fue que la comunidad twitteera primero y los periodistas después salieran a la defensa de la libertad de expresión. Cada disculpa durante los 30 días fue una oportunidad para recordarle a la diputada y a su marido a sus respectivas progenitoras por el abuso que estaban cometiendo. El punto de inflexión llegó cuando el periodista tapatío Jorge García Orozco, en un arranque de genialidad, comenzó a divulgar los costos de la ropa y accesorios que la pareja diputacional mostraba en sus redes. No, no invadió la privacidad de los sensibles diputados, solo usó las fotos que ellos mismos, como buenos políticos deslumbrados por el poder, presumen en sus redes.

Cuando la cuenta de los trapitos y joyitas llegó a cuatro millones y medio de pesos quedó claro que eso no salía de un sueldo de diputado y que tanto para el presidente de la Cámara, el morenista Sergio Gutiérrez Luna, como a la señora diputada del izquierdista Partido de los Trabajadores (el chiste se cuenta solo) Diana Karina Barreras, la justa medianía es solo una parábola del mesías de Macuspana.

Para la ciudadana, ayer terminó su sentencia. El apoyo de la comunidad twittera la salvó de la humillación. Para la diputada que cometió el abuso de poder apenas comienza el calvario. Su carrera política está muerta. Encarna ya el abuso de poder y la falsa austeridad. Por donde se vea la pareja se convirtió en un lastre  para el movimiento obradorista y a ella la van a tirar al basurero de la historia (dónde he oído eso) de la misma manera en que encumbraron: sin pensarlo demasiado. Lo que ella ofrecía era lealtad; lo que hoy significa es frivolidad. 

Les salió el tiro por la culata a Lady Dato Protegido y al absurdo Tribunal Electoral.

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